n un capítulo de Los Simpson, Ned Flanders ingresa en un hospital psiquiátrico. Se le ofrecen un par de alternativas en el formato de ingreso. “Grititos y pataditas”, escoge Flanders. Cuando me toque, y a este paso va a ser pronto, yo también. El panorama es tan... tan. Comenzó la pandemia y, con el confinamiento domiciliario, hablábamos de una realidad distópica. Pues bien, se nos ha quedado corto el concepto. Tenemos a la portavoz de Vox en la Asamblea de Madrid insistiendo en que quiere reunirse con la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, y el vicepresidente, Ignacio Aguado, en una local de hostelería pasadas las 21.00 horas -Madrid acaba de adelantar el cierre hostelero a esa hora- para hablar de los Presupuestos regionales. Je. Tenemos a la Comisión Europea sospechando que farmacéuticas a las que los europeítos hemos financiado con millones de euros para la investigación y producción de vacunas contra el covid-19 andan vendiendo remesas al mejor postor en el mercado internacional. Y luego está la oferta de ese paquete vacacional con el que, por 50.000 euros, mayores de 65 años pueden pasar unas semanas a todo lujo en Dubái... y de paso vacunarse contra el coronavirus. Lo dicho, grititos y pataditas.