a ministra de Hacienda anunció ayer que el próximo Consejo de Ministros aprobará la reducción del IVA que se aplica a las mascarillas, del 21% actual al 4%. Sin duda, la medida es razonable y de sentido común, habrá muchas familias para las que supondrá un ahorro necesario. Pero no quería entrar tanto en el fondo como en la forma. Esta decisión viene reclamándose desde hace meses, sin embargo el Gobierno alegaba que no podía rebajar el tipo porque lo prohíbe el reglamento sobre el IVA de la UE. No obstante, otros países de la UE han estado gravando con un tipo mucho menor las mascarillas. De hecho, España aplica por ahora el IVA más alto solo por detrás de Eslovenia, mientras que en Portugal es del 6%, en Francia del 5,5%, en Alemania del 5% y en otros como Italia, Países Bajos o Bélgica, están exentas de IVA. La cosa había llegado al punto de que la portavoz del PSOE en el Congreso ha llegado a decir que Italia se había saltado el reglamento. Según afirmó ayer la ministra, el martes recibieron el permiso de la Comisión Europea. Lo cierto, es que en este tiempo no se ha sancionado a ningún país, supongo que dada la excepcionalidad palmaria de la situación. Me viene a la cabeza aquello de la política es el arte de lo posible -o lo imposible- y casi casi aquella de Groucho Marx sobre buscar problemas, encontrarlos y demás.