provechando que estos días estamos conociendo los ganadores de los premios Nobel de este año, parece buen momento para recordar a los ganadores de los Ig Nobel. Uno de mis favoritos, por ejemplo, es el Ig Nobel de Gestión, que ha recaído en cinco sicarios -sí, sicarios, de los que liquidan al personal-: “Tras aceptar el trabajo, Xi Guang-An subcontrató el encargo a Mo Tian-Xiang, que a su vez se lo encargó a Yang Kang-Sheng, quien a su vez hizo lo propio con Yang Guang-Sheng, que también lo subcontrató a Ling Xian-Si. Cada sicario recibía un porcentaje menor de la tarifa y finalmente nadie cometió el asesinato”. La precariedad ha alcanzado al crimen. También fantástico el Ig Nobel de la Paz, para los Gobiernos de India y Pakistán “por hacer que sus diplomáticos tocaran a escondidas los timbres de las puertas de los otros en mitad de la noche y luego salieran corriendo antes de que nadie tuviera ocasión de abrir la puerta”. El arte de la diplomacia, de pegar tiros en Cachemira al campamento adolescente. Y claro, el Ig Nobel de Educación Médica a los Trump, Bolsonaro, Johnson, Putin y cía., “por utilizar la pandemia de la covid-19 para enseñar al mundo que los políticos pueden tener un efecto más inmediato sobre la vida y la muerte que los científicos y los médicos”. Nada que añadir.