rimeras horas de campaña. Los actos del arranque fueron, quizá, más clásicos de lo que cabría esperar en estos tiempos pandémicos. Marcados por la distancia social, los aforos reducidos y las mascarillas, proscritos los abrazos tradicionales que suelen protagonizar las fotos de familia de estas convocatorias, los principales partidos recurrieron a sus bazas y/o a espacios simbólicos para empezar a trasladar sus mensajes. El PNV optaba por el emblemático escenario de la Casa de Juntas de Gernika, un mensaje en sí mismo que acompasaba el discurso de su candidato en defensa y reivindicación del autogobierno. Escenario también significativo el elegido por EH Bildu, que llevó su inicio de campaña a la calle, a la plaza Nueva de Gasteiz. Elkarrekin Podemos arrancó en una de las salas del Palacio Europa, con una puesta en escena sobria y centrada en su mensaje de alianza de izquierdas. El PSE inicia campaña de la mano de algunos de los primeros espadas del Gobierno del Estado: Carmen Calvo, Fernando Grande-Marlaska y mañana el propio Pedro Sánchez. No le ha pillado en mal momento: recién sacado del horno el acuerdo sobre los ERTE y aprobado el decreto de nueva normalidad con el apoyo, también, del PP, que recibió la visita de Pablo Casado -mañana será la de Martínez-Almeida-. Iremos viendo.