aya guirigay se ha montado con el pacto secreto entre PSOE, Podemos y Bildu con respecto, entre otras cosas, a la derogación de la reforma laboral de Rajoy. Primero, porque que los independentistas vascos negocien algo con el opresor Madrid ya es una novedad en sí misma. Y que Moncloa se avenga a siquiera hablar con los pérfidos batasunos también iba a traer cola. De hecho, hubo que mantener el acuerdo escondido hasta que se consumara el sí de Ciudadanos en la votación para la prolongación del estado de alarma, no fueran a echarse atrás. Luego han llegado las matizaciones socialistas, las asunciones de Bildu a esas correcciones y el sacapecho de Podemos irguiéndose como contrapunto a las querencias conservadoras de su socio de Gobierno. Por supuesto, reacciones varias, cautelosas las de los sindicatos -quizá no se fían- y furibundas las de la derecha y, sobre todo, los empresarios. Según la CEOE y la Cepyme, llega el desastre total, el apocalipsis, las siete plagas sobre la Tierra todas de golpe, el fin del empleo y de la economía. Además, el acuerdo político es un “desprecio indignante” al diálogo social. Y puede que tengan razón pero me pregunto qué diálogo social hubo cuando Rajoy abarató los despidos y empobreció a la gente y cuáles fueron entonces sus reclamaciones en este sentido.