Parece que hasta los más cafeteros asumen, aunque sea a regañadientes, que la propuesta de la exministra de Justicia Delgado para fiscal general del Estado no es la más estética, por más aval profesional que ésta atesore. Pero resulta entre cómico e indignante ver a figuras de la oposición rasgarse las vestiduras con lo de la separación de poderes. Pablo Casado ha prometido que recurrirá el nombramiento ante los tribunales... El líder del PP. El partido de Ignacio Cosidó, autor hace poco más de un año de aquel famoso whatsapp sobre el acuerdo con el PSOE para renovar el CGPJ que, presumía, permitiría al PP “controlar la Sala Segunda desde detrás” y “los nombramientos del Supremo y otros juzgados vitales para el PP”. Ejem. Por otra parte, la oposición de PP, C’s y Vox parece querer desempeñar esa labor en el terreno de juego de los tribunales -el anuncio de recurso de Casado abunda en esa idea-, un terreno de juego en el que ya se está dirimiendo la controversia política catalana, en un perverso ejercicio de judicialización de la política. Así que quizá Sánchez ha decidido pertrecharse para la batalla, la que se viene librando y la que pueda venir. Si vis pacem... Lo mismo que, en perverso ejercicio de politización de la justicia, han hecho muchos de sus predecesores en Moncloa. Y sí, mal de muchos, consuelo de tontos.