Mientras tenemos a nuestro querido escanciador de líquidos varios y otras sustancias terminando de poner todos sus dominios en condiciones para la época navideña, los viejillos del templo del cortado mañanero están viendo cómo se lo montan ahora que vuelven a ejercer de niñeros a tiempo completo durante algo más de dos semanas. Porque en el bar estarán con el humo subido desde la manifa del otro día en Vitoria reivindicando un verdadero impulso al sistema de las pensiones, pero en casa de sus hijos: oír, ver y callar. Con todo, a la vista de la preocupación por el medio ambiente de los más jóvenes, están intentado establecer una estrategia común con los más pequeños que pueda, en un momento dado, cristalizar en una lucha en pro de unas pensiones dignas para poder vivir en un mundo sostenible que de la vuelta al cambio climático. Es más, como los jefes ya han conseguido en los dos últimos años establecer estrategias con las jefas que pasan por el local y que están metidas de lleno en la pelea feminista, se vislumbra un frente triple que nos tiene al resto de clientes de lo más intrigado. Como nos dijo el otro día uno de los viejillos: “al más allá ya llegaremos pero de este más acá vamos a salir dando guerra. Propósito de 2020”.