Dicen que el diablo está en los detalles. Por ejemplo, un detalle del historial de las noches electorales es aquel “no nos falles” que recibió a José Luis Rodríguez Zapatero tras hacerse con la victoria en la campaña electoral más triste por muchos motivos. Aquel “no nos falles”, que hablaba de un voto prestado, fue el que en parte condenó a galeras al PSOE unos años después. De la recentísima noche electoral, un detalle podría ser el “a por ellos” coreado por los reunidos ante la sede de Vox. La política convertida en... Otro detalle, quizá porque el PSOE ganó las elecciones e inevitablemente cualquier gesto o movimiento de su candidato o en torno a él gana en importancia, este domingo en las puertas de Ferraz no se escuchó el “con Rivera no” de abril, sino algún más o menos tímido “con Iglesias -o Podemos- sí”. Hay una pura y obvia cuestión aritmética detrás: la hecatombe naranja. Aunque también Unidas Podemos se ha dejado escaños por el camino. Pero para mí lo más llamativo, escuchando la comparecencia de Sánchez en la radio, fue la sensación de incomodidad del candidato, la impresión de que cada vez que se veía interrumpido por los gritos de su gente su desasosiego iba a más. Quizá fue solo una sensación. Pero dicen que el diablo está en los detalles.