Me encanta esta época del año para dar un garbeo por el campo y descubrir todos los colores y los matices que en estos lares ofrece la naturaleza, que a estas alturas del año, acostumbra a estar entre Pinto y Valdemoro sufriendo ya inclemencias invernales serias y con un frío de aúpa, pero sin olvidar por completo al verano y sus agradables condiciones. Es el momento idóneo para caminar y perderse, por ejemplo, por los mares de viñedos de Rioja Alavesa, comarca con pedigrí y con un nombre que resulta ser una marca comercial en manos del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Calificada (DOC) Rioja, que lo registró para sí. Vamos, que posee el copy right. No se puede discutir la sagacidad de los responsables de la enseña vitivinícola, que ya debieron barruntar hace años el potencial de una región llamada a convertirse en hito reconocible y reconocido por su belleza y la calidad de sus bodegas y de los caldos que éstas elaboran cada año. Sin embargo, creo modestamente que se quedaron cortos a la hora de registrar nombres, porque, ya puestos, podían haber seguido, por ejemplo, con Catalunya. ¿Se imaginan el dinero que generaría esa acción sólo en royalties por el uso de la acepción durante los últimos años?