En resumen, la cosa va así: mujer, si bebes y tu consciencia está más o menos perjudicada, te pueden violar cinco tipejos que la cosa ante el tribunal no pasará de abuso sexual, es decir, no llegará a la tipificación de “agresión sexual” -eufemismo jurídico de violación- y los tipejos en cuestión serán condenados, por ejemplo, a entre 10 y 12 años de prisión. Porque como estabas inconsciente, amiga mía, no te habrás defendido lo suficiente para que los cinco tipejos, cinco, se vean en la necesidad de utilizar violencia o intimidación para violarte, aunque la sentencia diga que el crimen fue “extremadamente intenso y especialmente denigrante”. Porque que te rodeen y violen cinco tipos no es ni violento ni intimidante, es la fiesta del arco iris. Sí, tienes que ir por la vida en plan Rambo, claro que sí. No sé, un poquito de krav magá y técnicas de Navy Seal, para que llegado el caso no haya dudas. Y no olvides durante todo el tiempo gritar no no no. Que quede claro que dijiste que no. Poco ha cambiado desde la sentencia del caso de La Manada. Se iba a cambiar el Código Penal, pero ha pasado un año y medio y seguimos exactamente en el mismo punto. Y mientras la pelota va del tejado de la justicia al del legislador, aquí seguimos.