l 40º Congreso del PSOE que se celebra este fin de semana en Valencia ha servido para soltar el lastre del anterior de 2017 y que sucedió a las primarias entre Pedro Sánchez y Susana Díaz. Ahora el control de Sánchez es total tras un lustro desde aquel Comité Federal del 1 de octubre que terminó con su dimisión y que el cónclave ha querido escenificar desde un fuerte armazón en los discursos y sin sorpresas en la Ejecutiva anunciada tras años convulsos en el área orgánica de la formación. La cita de los socialistas, el denominado ‘Congreso de la unidad’ está pasando por recomponer un aparato que se volvió contra Sánchez hace cinco años, y controlarlo poniendo fin a las guerras internas con una apuesta por el municipalismo que ya se avanzó en la renovación del Gobierno a principios de verano, con varios representantes municipales en el gabinete, y el regreso al aparato con el fortalecimiento de los líderes territoriales a través de las baronías. El Congreso se centra en ‘coser’ un partido que aspira a seguir gobernando en 2023 de la mano de Unidas Podemos (a la espera de la evolución del peso de la candidatura de Yolanda Díaz) con el apoyo de los distintos soberanismos del Estado o un Gobierno netamente de derechas, ahora que el PP empieza a recortar distancias y no termina de romper con Vox. Es por ello que el Congreso debiera haber sido una oportunidad para situar el debate en términos prácticos más allá de las nubes de palabras donde prima el discurso sobre el federalismo pero existe una gran falta de precisión en las propuestas sobre lo que debiera ser un mensaje cohesionador que pueda aglutinar un sector mayoritario de los grupos políticos en el Congreso. El protagonismo de Ximo Puig, no en vano el Congreso se ha celebrado en tierras valencianas, debiera reforzar el relato descentralizador para avanzar hacia un Estado federal reabriendo el debate territorial desde las autonomías. Nada de esto se ha dado en el marco de la cuestión interna sobre la territorialidad que Adriana Lastra, parte del núcleo duro de la Ejecutiva, avanzó el primer día señalando que el PSOE se mantendrá leal al pacto Constitucional y al modelo de Estado. El camino de la cita del PSOE no pasaba ni por aquí ni por el eterno debate siempre cerrado en falso por los socialistas entre monarquía y República.