as crisis sanitaria, social y económica derivadas de la pandemia están dejando al descubierto las muchas fortalezas y las múltiples debilidades de los estados a la hora de afrontar esta grave situación. De igual forma, el covid-19 ha mostrado las capacidades y déficits de la Unión Europea, dejando ver muchas de sus frágiles costuras. Con todas las dificultades, Europa está en vías de superar las consecuencias de la crisis gracias a su proyecto de unión, con medidas que van desde la compra de vacunas -en la que también cometió importantes errores- a los fondos de recuperación. La UE continúa siendo un actor principal en el panorama internacional y una referencia en derechos y libertades. Pero necesita reinventarse. Ayer, el Parlamento Europeo celebró en Estrasburgo el pleno inaugural de la denominada Conferencia sobre el Futuro de Europa, un proceso inédito de reflexión mediante un ejercicio de democracia deliberativa abierto e inclusivo en el que toman parte miembros del Parlamento Europeo, del Consejo, la Comisión, los parlamentos de los estados miembros y también habrá presencia de ciudadanos europeos, así como de representantes del Comité de las Regiones, del Comité Económico y Social Europeo e interlocutores sociales y de la sociedad civil. Se trata de una oportunidad única y sólida para reflexionar, debatir y consensuar la Europa del futuro, la Unión que queremos, más allá de las diferencias. Europa debe ser mucho más que sus estados miembros y sus instituciones. Desde Euskadi -un país netamente europeísta, pionero en estar presente en los primeros pasos de la Europa unida- siempre se ha reivindicado un mayor reconocimiento y un papel más destacado de las regiones y las naciones sin estado en el proyecto europeo, que si se olvida de las instituciones más cercanas a la ciudadanía pierde gran parte de su potencialidad y legitimidad social. En el pleno inaugural de ayer de la Conferencia sobre el Futuro de Europa en Estrasburgo participó la diputada del PNV Josune Gorospe, que puso de relieve precisamente que la UE es mucho más que 27 estados y 24 lenguas oficiales y que las naciones también quieren participar directamente del entramado institucional en el seno de la UE. La Europa del futuro que ya se está dibujando no puede obviar la voz, y el voto, de Euskadi y del resto de naciones y regiones que conforman su razón de ser.