os datos arrojados del estudio sociológico confeccionado por el Gobierno Vascosobre Brecha salarial y brechas de género en el mercado laboral dibujan una valoración más negativa de las mujeres respecto a los hombres en el marco del impacto del covid en el empleo. Casi la mitad de los vascos y vascas consultados en el estudio que tienen un trabajo remunerado o se encuentran inmersos en un ERTE, están muy preocupados por la posibilidad de perder su empleo a consecuencia del fuerte impacto de la pandemia en el ámbito laboral. No es un diagnóstico desconocido que las crisis afectan a los sectores más vulnerables de la sociedad y aquí las mujeres juegan un papel tristemente protagonista si tenemos en cuenta que la pandemia ha afectado de manera directa a sectores fuertemente feminizados como la hostelería, la restauración o el comercio sin obviar las duras condiciones en las que trabajaron los sanitarios, sobre todo en el transcurso de la primera ola, principalmente en el ramo de la enfermería. De hecho, el estudio constata que un 89% de los encuestados señalan que las mujeres han asumido más riesgos para la salud por su presencia en puestos esenciales, como el sector educativo, sanitario y comercial, actividades que paradójicamente son, en algunos casos, también las más precarias. Ayer mismo el Instituto Vasco de la Mujer-Emakunde recordó la complejidad del problema de la brecha salarial cuyo abordaje, por estructural, hace necesaria una respuesta integral. Del estudio se extraen datos como que el 79% de las mujeres y el 72% de los hombres opina que a ellas se les paga menos por hora de trabajo. La reducción de jornada o el trabajo a tiempo parcial que, en consecuencia, suponen menos ingresos, continúan recayendo mayoritariamente en ellas que siguen asumiendo en su gran mayoría el peso de los cuidados del hogar. Con todo, la pandemia y su deseado final han de suponer una oportunidad para reorientar este rumbo en el marco de la reconstrucción económica para sentar las bases definitivas y realizables de un modelo que suponga la igualdad efectiva y poner fin a un hecho hoy todavía irrefutable como es la desigualdad salarial entre hombres y mujeres manifestada en precariedad, temporalidad o dificultad para la conciliación.