n un tiempo en el que la pandemia ha alterado la vida cotidiana que antaño parecía a momentos insulsa e insabora, y que hoy se recuperaría sin pensar, surgen aquellos brotes verdes que el ministro de Hacienda del Reino Unido Norman Lamon acuñó para su demonización durante la recesión de principios de los noventa y que, después, en el Estado español popularizó el gobierno de Jose Luis Rodríguez Zapatero. Resulta curioso, sino irónico, que un sector como el cultural diera ayer una de las primeras buenas noticias del año 2021 cuando ha estado, está -y no tiene visos de mejorar-, en una dura batalla -que no sanitaria- contra los efectos del covid-19. Las películas Ane y Baby han elevado al sector audiovisual alavés a los altares (reconocidos hace ya tiempo extraoficialmente) de maestría tras lograr siete nominaciones a los premios Goya. Un nombre, el del certamen, que evoca en Vitoria-Gasteiz a esos maravillosos dulces tan de la ciudad y que ayer dejó el mismo buen sabor de boca. Y lo hacen en un momento donde ir al cine se convierte en un puro ejercicio de amor al séptimo arte y fidelidad que se ha visto recompensado en esta la línea de salida a falta de sprint final. Por cierto, que ‘Sólo son peces’, apoyado por la Asociación de Amigos y Amigas de la RASD de Araba, también se ha colado en los prestigiosos galardones para optar al mejor corto documental. En el otro lado de la moneda, llegó el aumento del confinamiento perimetral de los municipios de Laguardia, Labastida, Lantziego, Villabuena y Arrazua-Ubarrundia, mientras siguen confinados Agurain, Araia-Asparrena y San Millán. Aquí, el sector hostelero se ve abocado al cierre que celebran, en fiestas particulares disueltas por la policía, quienes se mantienen insensibles, que no inmunes, a lo que sucede a su alrededor. Pero, pese a todo, pese a los avatares, tanto el sector hostelero como el cultural alavés demuestran que son posibles esos brotes verdes, esos renaceres que cada día trae el levantar la persiana o las nominaciones a los premios Goya. Porque es verde el color de la esperanza que anima a pensar que todo esto, con o sin vacuna, pasará. ¿Saldremos reforzados como sociedad?. Quizás no sea el momento de la pregunta. Hoy quizás sea el momento de pensar que, pese a todo, somos capaces de poner un dulce ‘Goya’ en nuestra vida.