os datos de empleo correspondientes a noviembre facilitados por el Ministerio de Trabajo confirman que el mercado laboral sigue absolutamente condicionado por la pandemia y se halla todavía en un periodo de adaptación a los efectos de la misma, aun si en Euskadi parece adivinarse un leve cambio con el descenso del paro por tercer mes consecutivo y el mayor descenso intermensual de los últimos 15 años (6.035 parados menos, -4,3%). Con ello, el mercado laboral vasco parece haber variado la tendencia que presentaba datos negativos entre marzo y agosto. Ahora bien, que Euskadi vuelva a presentar los mejores números del Estado precisamente en el mes que se decretó el cierre de un sector tan relevante como la hostelería y su mercado laboral tenga un comportamiento más acorde con el de las economías europeas de la Eurozona tanto en la evolución como en la tasa del paro no oculta tampoco que dicho proceso de adaptación presenta claroscuros como la caída del número de contratos (11.269 menos en noviembre que en octubre) y la no recuperación paralela de afiliación a la Seguridad Social, así como el aumento de trabajadores englobados en un ERTE, cuyo número previsiblemente superará en las próximas semanas los actuales 14.608 con prestaciones reconocidas por el SEPE. No se trata, en todo caso, de algo inesperado sino de una consecuencia lógica de las restricciones de la actividad que se refleja además en toda la Unión Europea y especialmente en el Estado, donde el paro ha seguido aumentando durante los últimos dos meses -es, con Grecia, el estado miembro con tasa de paro más elevada, ambos por encima del 16%- y donde a finales de octubre la cifra de empleados acogidos a un expediente de regulación temporal había caído por debajo de los seiscientos mil para sumar solo en noviembre 147.550 trabajadores, de los que siete de cada diez (108.800) pertenecen precisamente a la hostelería aunque se calcula que el efecto real en el sector podría doblar esa cifra. La realidad, por tanto, es que el empleo se halla en Euskadi a medio camino entre la situación precovid-19, con quince mil desempleados más que en febrero, antes del confinamiento, pero con catorce mil menos que en agosto, el mes que concentró las consecuencias de la pandemia en el mercado laboral.