l constante incremento de nuevos casos de contagios por covid-19 y el goteo de focos registrados en Euskadi está generando la lógica inquietud y preocupación y ha obligado a tomar, de nuevo, medidas restrictivas que afectan de una manera u otra a la población. De hecho, en los últimos días, el Departamento de Salud del Gobierno Vasco ha impuesto normas que, aunque limitan o condicionan algunos aspectos de nuestra vida diaria, son necesarias para evitar una posible transmisión comunitaria que supondría un desastre desde el punto de vista sanitario -con el aumento vertiginoso del riesgo de pérdida de vidas humanas- y una vuelta atrás no menos catastrófica con el regreso de medidas aún más restrictivas para la ciudadanía, con evidentes consecuencias también en la actividad social y económica. De momento, al uso obligatorio de la mascarilla aun cuando pueda guardare la distancia de seguridad decretado el pasado jueves, se ha sumado desde ayer la limitación de las salidas y las visitas de los mayores en las residencias, el cierre de los centros de día para dependientes y los udalekus o colonias de verano para niños y jóvenes. Son medidas estas últimas dolorosas y duras para los afectados, en especial para los más vulnerables, y sus familias. Pero la situación requiere de medidas preventivas y quirúrgicas que frenen el aumento de contagios. La consejera Nekane Murga fue clara ayer al mostrar su “preocupación” por la evolución de los brotes que están sucediéndose en Euskadi y apuntó el evidente cambio de tendencia y, sobre todo, del perfil de las personas que se están contagiando, radicalmente distinto del que se infectaba en marzo y abril, ya que ahora son mayoritariamente jóvenes, y el ámbito de transmisión, que se concentra en el ocio y las aglomeraciones que se derivan de estas actividades. Con todo, no estamos en la situación de los meses pasados. La detección precoz, el intenso trabajo de rastreo -en una semana se han realizado 25.000 PCR en Euskadi-, la rápida respuesta a los focos y la situación de los hospitales -ayer había cuatro personas ingresadas en las UCI- invitan a pensar que, con la imprescindible y sobradamente probada responsabilidad e implicación ciudadana, se podrá frenar este aumento de contagios y evitar la vuelta a restricciones aún más duras, como está sucediendo en otras zonas del Estado.