ecuerdo mi primer pleno de Política General. 22 de septiembre del año 2000. De entonces ahora han cambiado muchas cosas. En la forma de hacer política, también en la de hacer periodismo. Entonces, qué cosas, los teléfonos móviles todavía eran algo muy exclusivo e Internet era algo incipiente. El archivo de papel se hacía obligado para ir creando una hemeroteca a la que acudir en un pleno de estas características.

En aquellos tiempos, Euskadi era noticia, lamentablemente, por la actividad de una organización terrorista que nos lastró durante mucho tiempo. La llegada masiva de periodistas llegados, principalmente, de Madrid -los paracaidístas- ofrecía una imagen de la Cámara vasca inusual, donde el pasillo formaba parte de la información exclusiva a conseguir especialmente aquel día.

Los gestos, los mensajes a interpretar de los discursos políticos, aquello de "ha dicho pero sugiere que puede decir", eran parte de la estrategia dialéctica y los y las plumillas de la sala de prensa debíamos andar hábiles para no perder el hilo discursivo y acertar con lo que verdaderamente era importante.

Y allí estaba yo, hace 21 años, con ojos y oídos bien abiertos para aprender de mis compañeros y, sobre todo, compañeras por cuanto que la sala de prensa en el Parlamento vasco es de poderío femenino. Hoy, algunas de ellas y ellos seguirán allí, en la brecha, para atender la información que mana de la institución que nos representa a todos y todas. Les debemos mucho.

Lamentablemente, mi primer pleno de Política General arrancó con una declaración institucional de condena por el asesinato del concejal del Partido Popular en Sant Adriá del Besòs, José Luis Ruiz Casado. Aquel mismo año, un 22 de febrero, ETA había asesinado a Fernando Buesa y su escolta Jorge Diez Elorza. Previos para que el ambiente político fuera en aquella ocasión duro, irrespirable en ciertos momentos. Pero periodísticamente, apasionante.

Hoy, como en el año 2000 y otras muchas ocasiones, vuelvo al Parlamento vasco. Mi sensación de ser testigo de un acontecimiento importante como es el pleno que marca el inicio del curso político no ha cambiado en estas dos décadas. El pistoletazo de salida, como siempre, será el mismo: "Lehendakari jauna, zurea da hitza". Lo demás, por mucho que especulemos y divaguemos quienes somos cafeteros de la política, está por escribir.