magine usted que, de repente, el Gobierno decidiese privar del derecho a cobrar el paro a las personas trabajadoras de una profesión concreta. Imagine que, en una medida política sin precedentes, se anunciase un decreto para desproveer, a un sector laboral específico, de la prestación por desempleo en caso de despido.

El revuelo social sería monumental. Si además afectase a un sector empleador de medio millón de personas trabajadoras, puedo imaginar grandes manifestaciones multitudinarias, pancartas reivindicativas, protestas€

¿Y si, en vez de imaginarlo, le dijese a Ud. que existe una profesión en la que ese escenario no es ficción sino realidad? Es el servicio doméstico. Una empleada del hogar a la que se despide no cobra paro, aunque haya estado contratada y cotizando a la Seguridad Social. Ello se debe a que cotiza, dentro del Régimen General, en un Sistema Especial de Empleados del Hogar (manda narices que se llame "empleados" cuando son 381.082 cotizantes sobre todo mujeres). Este Sistema Especial no contempla los 48€ de media (a repartir entre la parte trabajadora y la parte empleadora) que se tendrían que cotizar de más por trabajadora, para garantizarle el paro en el futuro. El derecho a cotizarlos será reclamado hoy, Primero de Mayo, desde asociaciones de trabajadoras del hogar y de cuidados, como la alavesa ATHCA-AEZLE.

No puedo hablar en nombre de las trabajadoras del hogar, pero sí puedo sumarme a esa reivindicación. Urge además que el Gobierno ratifique ya el Convenio Internacional nº 189 sobre el Trabajo Decente para este sector. La incorporación de la mujer al mercado laboral, así como el envejecimiento de la población, ha hecho que "externalicemos" los trabajos del hogar y de cuidados. Qué menos que exigir para las mujeres en quienes ahora recaen estos cuidados un contrato que no sea con-trato desigual.