unque es difícil de creer, no era la primera vez que el Alavés y el Real Madrid disputaban un encuentro oficial en las instalaciones de la Ciudad Deportiva del club blanco, inaugurada en septiembre de 2005. No solo eso, sino que es el único equipo de Primera que ha repetido visita en Liga al estadio Alfredo Di Stéfano, lo que hacía que todo les pareciera hasta familiar. Viendo cómo se desenvolvieron sobre el terreno de juego, uno creería que habían jugado allí toda la vida. Los albiazules lograron la tercera victoria de la temporada que les sitúa en la duodécima posición con trece puntos, tres más que el Celta que es el que marca el descenso.

Hasta ahora, jugar en este tipo de instalaciones era sinónimo de disputar los partidos ante su filial (Castilla, Real Madrid B o Real Madrid Castilla, los tres nombres utilizados para denominarlo). Solo se enfrentaron en la misma competición y categoría: Liga de Segunda, en nueve temporadas. Haciendo un poco de historia, quiero recordar que en la primera ocasión que se enfrentaron, octubre de 1978, se perdió por un gol a cero. Un integrante de la plantilla albiazul, un tal Valdano, sería más tarde una pieza significativa en el club madrileño. La última se produjo en abril de 2014 con idéntico resultado. Entre los blancos había varios jugadores que andando el tiempo han formado o forman parte de la nómina alavesista como Femenía, Medrán, Sobrino, Burgui y Pacheco. En el cómputo global, el filial madridista ha obtenido siete triunfos por seis el Alavés, pero ninguno ha vencido a domicilio. En mis dos visitas a los antiguos campos de la Castellana, el Alavés cosechó sendas derrotas.

En Valdebebas, escenario del último partido, he estado una sola vez. Ese día, después de presenciar junto a un amigo diferentes encuentros de las categorías inferiores del Madrid, comimos en la cafetería del recinto en compañía de Santisteban, entrenador del Castilla en el lejano primer duelo. Por la noche asistimos en el Bernabéu a la derrota albiazul por 3-0 en el debut de Mario Luna como entrenador alavesista, que sustituyó a Juan Carlos Oliva que a su vez había tomado el testigo de Chuchi Cos. ¡Qué tiempos! Al día siguiente vivimos en directo la final de la Copa de baloncesto en la que el Baskonia logró el quinto título a costa del Valencia.

En esta postrera ocasión, pese al frío reinante y el aire gélido de las noches de finales de noviembre, los albiazules salieron enchufados, o sea, con la atención y concentración altas. De tal manera que cinco minutos le bastaron para marcar. Por segunda vez consecutiva, un comienzo prometedor. Y espectacular. Pero no supieron aprovecharse del atolondramiento madridista para dejar el partido, si no cerrado, muy de cara incluso ya en el primer período. Aun así, la puntilla la dieron al comienzo del segundo. Aunque parezca que solo se aprovecharon de los errores del rival, y otras circunstancias, completaron un partido extraordinario. Se ganó a un rival muy difícil de batir en su terreno lo que hace más valiosa aún la victoria y, sobre todo, por la forma en que se logró, pues fueron superiores al Madrid en todas las facetas del juego. Solo la falta de acierto de los delanteros ante la portería podía hacer creer que se pasarían más apuros de los previstos. Al final, con el gol madridista aparecieron los fantasmas, principalmente por experiencias anteriores. Por lo cual, hasta que el balón no salió fuera después de haberse tropezado en su trayectoria con el larguero no pudieron respirar tranquilos. Cuanto más difícil es ganar, mejor sabe la victoria.

Ya que no fue capaz de ganar al filial en los antiguos campos de entrenamiento, sí lo hizo con el primer equipo en los nuevos. Siempre hay una primera vez para todo. Pero la del sábado es la segunda vez que el Alavés somete al Real Madrid en su terreno en las diecinueve visitas. Aparte de estos triunfos, solo un mísero punto se había conseguido en los albores de la competición. Siempre hay una primera vez para todo, pero no para todos; y nunca es tarde. Si hasta el momento solo Lucas Pérez había repetido como goleador albiazul, se sumó a la lista el otro delantero del equipo. Han pasado once jornadas y nunca es tarde para que ambos repitan momentos vividos ante la portería rival como el curso pasado. Fallaron ocasiones claras pero, afortunadamente, no hizo falta ningún gol más para conseguir una victoria más que merecida. Viendo cómo se desplegaron durante todo el encuentro todavía no consigo entender lo realizado en algunos partidos anteriormente. El equipo está en período de crecimiento y deseo que el buen momento, cinco partidos sin perder, se alargue mucho tiempo.

Viendo cómo se desenvolvieron en Valdebebas, uno creería que los jugadores del Alavés llevan jugando allí toda la vida

A la lista de goleadores repetidores se sumó Joselu a Lucas Pérez; no es tarde para que ambos revivan el año pasado