Estamos en una grieta profunda que llega hasta el corazón de la roca y tenemos que hacer algo que la cierre, porque de lo contrario el agua va a penetrar en invierno y el frío la helará dentro, hasta el corazón de ella y la puede reventar y rota desmoronarse y rodar cuesta abajo. En ella han caído semillas de girasoles que los ha llevado el viento. Taparán la grieta y darán flores. Pasará como en el Aromo de nuestro Atahualpa atrapado en la roca, que se hace flores de sus penas. Las desgracias pueden servir para muy poco o para nada. La pandemia es una desgracia como otra, si lo miras desde el punto de vista particular; pero tanto la humanidad como los animales hemos sobrevivido gracias a que nos hemos juntado y trabajado en grupo, a pesar de los pesares, ahora tenemos la ocasión de hacer de nuestras penas flores. Gastar más en investigación, en escuelas, en payasos, en artistas, en pentagramas, en abrazos, en quitar el hambre y darle casa a los más débiles y a los jóvenes, etc, etc. Y así la roca de nuestra civilización dará flores de sus penas o la reventaremos.