Esa manera de tomarse la vida sin vergüenza, tan propia de Juan Carlos I, ese motivo que ha dado su regreso para desatar también las lenguas más ultraconservadoras, que se han metido en el agujero más oscuro que han encontrado, ese arranque de nostalgia de quienes escondían en el juancarlismo su franquismo, por supuesto, todo eso sirve para alentar a una ultraderecha que no necesita que le empoderen más: “Vox desafía al PP tras descartar un gobierno en coalición con Vox en Andalucía: No aprenden” (El Plural). Son Moreno y Núñez Feijóo quienes se la juegan, no Olona y Abascal. Pero las consecuencias serán para todas y todos.