“Me llena de orgullo y satisfacción”, “¿por qué no te callas?”, “lo siento, me he equivocado, no volverá a suceder” y “¿explicaciones? ¿De qué?”. Este es el póker de frases para la historia, de momento, de Juan Carlos I, El Campechano. Un rey que reinó porque chantajeó al Estado con la designación de Franco, que puso de acuerdo a PSOE y PP para adquirir la condición de emérito, que se fue a vivir a Abu Dabi hasta que no le quedaran cuentas con la justicia, aun por cuestiones de forma, que tiene una causa abierta en el Reino Unido por el dinero que dio y reclamó a su amiga Corinna. “¿Explicaciones? ¿De qué?”. Tiene dónde elegir.