a escritora y pensadora norteamericana Siri Hustvedt, en una reciente entrevista sobre su libro Los espejismos de la certeza, afirmaba que el ser humano “siempre se proyecta hacia el futuro”. Añadía, sin embargo, que la situación de incertidumbre actual nos lleva “a no poder imaginar por completo ese futuro y se produce un bloqueo”. Describía de esa manera el efecto que está llegando a tener, en la mente de las personas y en la conciencia colectiva, el exigente contexto pandémico en el que llevamos inmersos en estos últimos dos años. Porque, efectivamente, la ausencia de certidumbre en un mundo que se transforma a una velocidad vertiginosa nos traslada a un escenario de ansiedad del que, probablemente, pocas sociedades se libran.
A principios de la tercera década del siglo XXI, vivimos tiempos acelerados y de profundos cambios. La transformación científico-tecnológica en la que estamos inmersos está alterando las bases sobre las que se han construido los sistemas económicos, políticos, sociales y culturales en las últimas décadas. Se trata de modificaciones profundas, que afectan a todos los ámbitos de la sociedad y que inciden de lleno en nuestras vidas. Más si cabe, en los proyectos vitales de las generaciones más jóvenes.
¿Cómo salvaguardar la fortaleza industrial de nuestro país, para seguir generando empleo de calidad? ¿Cómo serán los puestos de trabajo del futuro? ¿Qué podemos hacer para acelerar la transición hacia una economía verde y descarbonizada? ¿Qué medidas para reforzar la salud y la protección de todas las personas? ¿Cómo serán los cuidados del futuro, en una sociedad cada vez más envejecida? ¿Seremos capaces de eliminar la violencia machista de nuestra sociedad? ¿De superar de una vez las desigualdades que todavía penalizan a las mujeres en su desarrollo profesional y personal? ¿Cómo frenar a las corrientes xenófobas y populistas que quieren debilitar la democracia? ¿Qué hacer para garantizar el futuro del euskera?
Definitivamente, este periodo de grandes transformaciones plantea nuevos retos globales a los que la humanidad debe dar respuesta. De igual manera, genera desafíos que debemos afrontar con total determinación a nivel local. Más aún, cuando las tendencias globales tienen hoy mayor incidencia que nunca en nuestra sociedad. Euskadi debe responder a todos estos retos desde la inteligencia y la conciencia de su tamaño. Tal y como reflexionaba Hustvedt, la falta de certidumbres no debe generar parálisis, más bien al contrario: debe activar una reacción colectiva, siendo la duda la generadora de esa “necesidad que nos permite avanzar”.
Las instituciones vascas, con el Gobierno Vasco al frente, están trabajando decididamente en todos los desafíos mencionados anteriormente. Lo están haciendo, además, desde la planificación, la innovación y la colaboración. No han dejado de hacerlo en ningún momento, incluso durante los meses más exigentes de la pandemia.
Sin embargo, el escenario descrito más arriba no solo interpela a las instituciones. Nos reclama a todos y a todas, como pueblo, como comunidad, como sociedad avanzada que conformamos, sumar esfuerzos para que Euskadi siga contando en las próximas décadas con una economía puntera, con altos índices de bienestar y de cohesión equiparables a los países del norte de Europa. Un lugar en el que todas las personas puedan desarrollar su proyecto de vida, en el que la cultura vasca y el euskara mantengan un carácter vertebrador del país. Un país que, avanzando desde sus tres ámbitos administrativos, defienda y desarrolle con ambición su autogobierno y sus instituciones propias, sorteando a quienes se dedican a socavar nuestros derechos históricos a través de estrategias centralizadoras.
En estas últimas décadas, EAJ-PNV se ha ido asentando en un espacio de centralidad política e institucional. Hoy la sociedad vasca reconoce a EAJ-PNV por su continua defensa de los intereses de Euskadi. Además, desde el punto de vista político, se ha consolidado el concepto de autogobierno como sinónimo de bienestar; se valora la contribución de EAJ-PNV a la institucionalización progresiva de Euskadi. Por todo ello, desde la credibilidad labrada durante 125 años, desde la humildad de quien se sabe al servicio de la sociedad vasca, activamos un amplio proceso de escucha a la ciudadanía. Una iniciativa que persigue construir, de manera compartida con la sociedad vasca, un proyecto para el futuro de Euskadi. Un porvenir que ofrezca certezas y esperanza a una ciudadanía cansada tras meses de pandemia.
Entzunez eraiki es el lema de este proceso, que EAJ-PNV desplegará en los próximos meses mediante centenares de reuniones, encuentros y conversaciones en ciudades y municipios de cada uno de los siete herrialdes. Será un diálogo articulado en torno a cuatro grandes cuestiones: 1) impulsar el trabajo y la economía; 2) avanzar en la sociedad del bienestar; 3) garantizar la sostenibilidad del planeta a través de la Agenda 2030; y 4) profundizar en la democracia y en nuevas formas de gobernanza.
Se trata de un esfuerzo sincero que parte de un trabajo serio realizado por EAJ-PNV en los últimos meses. Queremos que todas las personas que participen en los encuentros de Entzunez eraiki enriquezcan, modifiquen, enmienden y amplíen el documento de diagnóstico elaborado como punto de partida, para que el proyecto resultante concentre y recoja el sentir de amplias capas y sectores de la sociedad vasca. Nuestro compromiso es que la contribución de la sociedad sirva para orientar la acción política de EAJ-PNV a corto y medio plazo, tanto en el plano interno como en el institucional.
Euskadi cuenta afortunadamente con un tejido social y económico muy rico y dinámico. Entzunez eraiki desarrollará una intensa actividad en los próximos meses para reunirse de forma sistemática con esa tupida red, así como con personalidades referentes de la sociedad vasca. Con todas aquellas personas que, con independencia de su adscripción política, quieran contribuir a la elaboración de este proyecto de futuro para Euskadi. Durante la escucha activa también recabaremos el impulso del diálogo con personas expertas en temas sociales, políticos y económicos, así como una estrecha colaboración con centros de referencia a nivel internacional. Sin olvidar al conjunto de la militancia y de las y los alderdizales de EAJ-PNV de los siete herrialdes, verdadero activo social de nuestro partido, que también tendrá un papel protagonista en este proceso.
Lo haremos, además, desde la innovación política y la creatividad. Un esfuerzo que nos permitirá diseñar el proyecto de futuro EUSKADI 2030, basado en la Agenda 2030 y un nuevo contrato con la sociedad vasca para los próximos 25 años.
En todas las encrucijadas que el Pueblo vasco ha vivido en las últimas décadas, EAJ-PNV siempre ha actuado desde la colaboración y la cercanía con el sentir de la sociedad vasca. Ha sabido leer la realidad social de cada momento en Euskadi. Lo hizo tras la dictadura, cuando apostó por construir las instituciones vascas, mientras otros prefirieron ningunearlas; durante la reconversión industrial, en la que mantuvo su apuesta por la industria como motor de nuestra economía; también en la crisis financiera global de 2008, tras la cual se logró poner coto a las desigualdades sociales pese a la difícil situación vivida.
En esta nueva tesitura que afronta Euskadi, EAJ-PNV tiene total determinación por trabajar codo con codo con la sociedad para que Euskadi ponga rumbo al futuro. Desde la escucha activa. Sin miedo a la crítica constructiva y al diálogo abierto. Poniendo el acento en la propia sociedad vasca. Desde la esperanza y la confianza total en la ciudadanía.
La escucha de verdad lleva al diálogo y, después, a la acción. Queremos escuchar a la ciudadanía y enriquecer el proyecto de futuro de EAJ-PNV, también con quienes piensan diferente. Y, a partir de ese diálogo sincero y enriquecedor, colaborar para abordar el futuro de nuestro país. Escuchar, colaborar, para seguir construyendo el futuro de Euskadi entre todos y todas. * Responsable de Innovación Política del EBB de EAJ-PNV