ras una etapa económica dulce impulsada por favorables vientos de cola, la irrupción de una borrasca pandémica provocará vientos huracanados de dirección caótica que podrían tambalear los cimientos de la economía española. Así, la pandemia del covid-19 supondrá la aparición de un nuevo patógeno,(el DDD) que podría acabar arrasando todo rastro de brotes verdes en la economía española al poseer un ADN dotado de la triple enzima D (Deuda Pública desorbitante, Desbocada inflación y Desempleo endémico) y que podría generar una década de estancamiento en la economía española, (rememorando la Década perdida de la economía japonesa).

Según estimaciones del Gobierno, la Deuda conjunta de las Administraciones Públicas para el 2021 podría alcanzar el techo ionosférico del 117% del PIB nacional, lo que representa un crecimiento imparable desde el 2005 cuando la Deuda rondaba el 42% del PIB nacional (casi 400.000 millones de euros) y tendrá como efecto colateral que el Tesoro Público se endeude en el 2021 en cerca de 110.000 millones euros y la posible subida de tipos del BCE en el 2022 podría conllevar la asfixia económica de España con una Deuda Pública estratosférica que rozará el 120 % del PIB en el 2021.

Según el INE la inflación en noviembre se mantiene desbocada con una tasa interanual del 5,6%, el máximo desde 1992, debido al encarecimiento de los alimentos y en menor medida del gas y carburantes. Ello conllevará la pérdida de poder adquisitivo de trabajadores y funcionarios, la contracción del consumo interno así como la desincentivación del ahorro y búsqueda de rentas fuera de las actividades productivas. Asimismo,podría provocar en un futuro mediato una desertización productiva que fuera incapaz de satisfacer la demanda de productos básicos y la posterior estanflación. Se trata de una de las más peligrosas combinaciones para la economía ya que ambos elementos distorsionan el mercado y la terapia de choque para combatir el estancamiento económico tiene como efecto secundario el incremento de la inflación. Así, para incentivar el consumo y salir de la recesión se requieren terapias basadas en la expansión fiscal y monetaria, medidas que a su vez generan más inflación lo que al final deviene en un círculo explosivo

Según las previsiones del Banco de España y el FMI, la crisis del coronavirus provocará que la tasa de paro en el 2021 supere la cifra estratosférica del 16% lo que significará el retorno a escenarios del 2010. Ello, aunado con el drástico descenso de los ingresos del Estado y las Autonomías y el bestial incremento de las prestaciones de Desempleo se traducirá en una sensible reducción de los subsidios sociales que afectaría a la duración y cuantía de las prestaciones de desempleo, a las pensiones de jubilación y viudedad y a los sueldos de los funcionarios. Además, de seguir obviando la inversión en I+D+i, España podría convertirse en la próxima década en un país tercermundista a nivel de investigación e innovación, condenado a comprar patentes extranjeras y producir productos de bajo perfil tecnológico que requieran mano de obra de escasa o nula cualificación y fácilmente explotable, con salarios seiscieneuristas e interinidad vitalicia. * Analista