l lehendakari Urkullu fue claro y contundente. Criticó las actitudes repulsivas de EH Bildu ante la violencia. A gentes a las que no les gusta que se les señale y desean que muramos en silencio les irrita esta claridad en la necesaria denuncia. Y tratan de intimidarnos. Hay que hacerlas más. Bildu, con EA deglutida, nos ha advertido a través de Sortu que criticar los ongietorris es criminalizarlos, algo -dicen- propio de las asociaciones ultras, responsables políticos y medios de comunicación contra las personas que trabajan en pro de los derechos. “Difícilmente se construirá una convivencia imponiendo al otro lo que puede y debe hacer, o no”. ¿No será al revés? Bakartxo Ruiz fue más lejos al decir que defendía el derecho a mostrar su alegría de esa manera al encarcelado durante 25 años Agustín Almaraz. Estamos, pues, ante la vieja HB que apoyaba con su silencio o sus análisis paralizantes (a la parálisis por el análisis), la violencia absurda y criminal basada en el “conflicto” considerando que, en aras de tan excelsa causa, se podía matar, secuestrar, robar, extorsionar y difundir una imagen sucia y violenta de una Euzkadi que decían defender e interpretar.

Parecería que a diez años de la desaparición de ETA no han aprendido nada, no han olvidado nada y creen que la gente normal debe callar ante la exaltación de un asesino de cuatro personas, que si bien cumplió su condena, una sociedad democrática y con valores no puede recibir con ikurriña, txistu, tamboril y paseíllo en Santutxu. Quien no entienda eso y justifique tal indecencia no debería ser tratado como demócrata. Montar la que montaron hace año y medio con la desgracia del vertedero de Zaldibar y loar a un delincuente de esta categoría no solo retrata su ideología por su indecencia sino debe ser denunciado de manera constante por su falta de ética, moral y por distorsionar la realidad. No sé en qué se diferencian de los que no condenan la dictadura de Franco, loan a los violadores de la Manada, se alegran de los atentados fundamentalistas o apoyan con manifestaciones la represión en Cuba o en Venezuela.

La fotografía que ilustra este artículo es de José Luis Larrea en diciembre de 1998 y en Getxo. Era presidente de Euskaltel, y lo que hacía era un hito importante en la liberación de las telecomunicaciones. Euskaltel rompía el monopolio de Telefónica, algo aparentemente imposible. Y ese día, con la llamada al lehendakari José Antonio Ardanza y al presidente de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones, José María Vázquez Quintana, poníamos una pica en Flandes. Destaco esto porque he visto las críticas, entre otras muchísimas, que ha hecho esa misma izquierda abertzale a la compra por MásMóvil de Euskaltel, debate que quieren reproducir, con todo derecho, en un Parlamento que era para ellos un Parlamentutxu. Gentes que no han hecho absolutamente nada por este país se convierten en los más firmes defensores de iniciativas de otros que ellos han criticado acerbamente en su inicio y, como la memoria es flaca, hay personas no avisadas que terminan por comprar mercancía averiada más propia del Afganistán talibán con su sharia que de una sociedad moderna, abierta y con principios. Se puede discrepar de todo, pero antes reconózcase el trabajo y la iniciativa de los demás y como la política es diferenciación, vea, compruebe y apueste por los que trabajan por la sociedad.

Decía Leonard Cohen que “cuando los hombres hacen planes, los diablos se parten de risa”. Ante eso, que es verdad, hay que decir que es bueno hacer planes aunque los diablos se partan de risa. Eso fue lo que hizo el EAJ-PNV con la obsesión de que Euzkadi debería ser lo más autosuficiente posible en todo. En energía, en comunicaciones, en relaciones exteriores, en todo. Y, en el campo de las comunicaciones, Ardanza, Arzalluz, García Egotxeaga, Retolaza, Retegi, Ibarretxe y muchos más trabajaron con los pocos medios existentes para lograr un operador de telefonía propio que al final se logró y tomó el eufónico nombre de Euskaltel. Ese mismo nombre que en camiseta naranja llevaban los corredores ciclistas en sus dorsales y era el entusiasmo popular en los Pirineos y proyectaba una imagen de lo vasco sólida, potente, imaginativa y de esfuerzo. Nada que ver con lo hecho por la izquierda abertzale en esos años. ¿El que posteriormente se haya vendido y eso sea cuestionable? Discútase en el Parlamento, pero aprendan a trabajar por este país.

Jon Azua, hijo de Alberto Azua, delegado del Gobierno Vasco en el exilio en México y vicelehendakari con el lehendakari Ardanza, tiene bien claro el esfuerzo que supuso aquello. A él le pregunté por los pasos previos y me los resumió en los escalones de esta larga escalera. De aquella exitosa apuesta estratégica, Jon Azua me dijo:

“Esto fue un trabajo de mucha gente. Desde las apuestas iniciales por entrar en el mundo de las telecomunicaciones, resultado de múltiples iniciativas y compromisos debidamente articulados en una visión de futuro y desde el EAJ-PNV y el Gobierno Vasco pusimos en marcha el proyecto siguiendo esta secuencia:

1.- La creación de un grupo de trabajo para explorar lo que sería un nuevo mundo por venir.

2.- Se aprovechó la gasificación del país para introducir fibra y cable que más tarde pudiera generar una red propia una vez logradas las competencias y la ruptura de monopolios.

3.- Se iniciaron programas de formación en la materia (en Euzkadi no había estudios superiores de Telecomunicación, por ejemplo).

4.- Creamos Spritel, empresa pionera en oferta de servicios de Internet, no suficientemente conocida entonces (años más tarde, una vez generalizado su uso, se privatizó).

5.- Desarrollo líder de las redes y usos de telecomunicaciones para utilización de Interior (Ertzaintza y Emergencias) dentro de la esfera competencial propia.

6.- Despliegue de “nuestra incipiente red” para interconectar EHU/UPV, Centros y Parques tecnológicos como “red interna”, legalmente admitida.

7.- Transferencias de compra de red pública de comunicaciones dentro de las competencias forales y municipales.

8.- Creación de Euskalnet, sociedad 100% pública y propiedad del Gobierno vasco para integrar toda la red disponible y potenciar su despliegue.

9.- Recorrido por los principales operadores mundiales en la búsqueda de alianzas para el desarrollo de una empresa vasca de telecomunicaciones

10.- Diseño de una empresa, modelo de negocio y estimación de alcance, financiación y socios.

11.- Constitución de Euskaltel e incorporación de socios.

12.- El acuerdo que mencionas del EAJ con PP-Gobierno español para acceder a una de las licencias disponibles, competencias aún en exclusiva en la Administración Central y traspaso de la red de telecomunicaciones desde el Ministerio de Transportes y el vehículo público AUNA hacia su privatización.

13.- El desarrollo de Euskaltel, sus cambios corporativos, su salida a Bolsa, sus compras y expansión geográfica fuera de Euzkadi, y su reciente venta a MásMóvil.

Hoy, esperanza a futuro para que el amplísimo y estratégico mundo y futuro de las telecomunicaciones permita a Euzkadi, sus empresas, instituciones y ciudadanos un acceso universal, viable y de máxima conectividad y generación de riqueza y prosperidad. Por mi parte, gratitud y reconocimiento a quienes han hecho posible este largo y complejo recorrido. Confío que a futuro, el entusiasmo, compromiso y apuesta estratégica de país se vea reforzado”.

No será fácil. El problema es que el mercado de las telecomunicaciones actual no es el de 1996. El lado de la oferta está desbocado. Con una competencia bestial, en la que el mercado objetivo ya no es Euzkadi (2,5 millones de habitantes). El mercado objetivo en 2021 tiene 450 millones de habitantes y se llama Europa. Sobrevivir en ese campo de juego para una compañía como Euskaltel, cuando estamos hablando de posibles fusiones, por ejemplo, entre Telefónica y Deutsche Telekom, se hace muy difícil.

Quería destacar cómo nació Euskaltel y cómo el a la investidura de José María Aznar fue el precio que pagamos para que se creara esta empresa y se rompiera el monopolio de Telefónica. Fue un acuerdo no hecho público ya que si CiU lo hubiera sabido, se hubiera producido una petición similar y eso, en verdad, le hacía en ese momento un boquete a Telefónica.

En política hay que estar al servicio de la comunidad y sobre todo hay que ejercer dicha actividad con valores humanos y en beneficio del conjunto. Se criticará lo que se quiera, se hará ruido para silenciar lo conseguido, se argumentará que habrá tantos recibimientos como presos, pero el EAJ-PNV está, ha estado y estará a este tipo de logros ciudadanos. “Ladran Sancho, señal que cabalgamos”. Que quede constancia. * Parlamentario de EAJ-PNV 1985-2015