l 22 de marzo, conmemoramos el Día Mundial del Agua, tal y como declaró la Asamblea General de la ONU, el 28 de julio de 2010 estableciendo, mediante una resolución, que la disponibilidad de agua potable y saneamiento, en tanto que es una condición imprescindible para la vida, debía ostentar la categoría de derecho humano.

Es prioritario considerar la importancia del agua para la vida; un bien preciado y escaso que la naturaleza pone a nuestro servicio, por lo que debemos concienciarnos sobre su preservación, conservación y protección, salvaguardando el medio ambiente y el equilibrio ecológico y optimizando cada una de las fases que intervienen en el ciclo integral del agua.

Todas las alarmas están activadas debido al continuo torrente de consecuencias climáticas y sanitarias que se están produciendo por los malos hábitos que la humanidad está cargando sobre el planeta y debemos mimar con esmero que el ciclo integral del agua se desarrolle y optimice con la mayor calidad, evitando la contaminación del agua, del suelo y del aire, interacciones que, en conjunto, son parte de un todo.

El agua es un bien público y preciado que nos proporciona la naturaleza, pero desgraciadamente, en muchos lugares del mundo sigue siendo un bien escaso, de nula salubridad y que está empezando a ser utilizado como causa de enfrentamientos políticos y sociales.

Son varios factores los que amenazan al agua, por un lado, el cambio climático y por otro, los especuladores que ya han puesto su objetivo en ella para mercantilizar un bien público.

Comercializar la capacidad de regar en un futuro vislumbra una terrible realidad cada vez más imperiosa: el agua disponible se está convirtiendo en más escasa. La demanda, además, sube y varios mercados han abierto la puerta a la especulación sobre el acceso al agua como un bien valioso y por ello, codiciable.

Sin ir más lejos, el pasado lunes 7 de diciembre, el agua en California cotizaba en el mercado de futuros de materias primas de Wall Street.

Como sociedad, no podemos permitir que la sed de una mayoría sea el beneficio de una minoría.

Los socialistas creemos que desde la política y desde todos los ámbitos, debemos incorporar la defensa de una gestión pública y eficiente del agua y el derecho universal al acceso a la misma, como un derecho ciudadano, unificando actuaciones en materia de gestión del agua.

Igualmente, los socialistas creemos en la importancia del cumplimiento de la Directiva marco del Agua, la mejora del ciclo integral del agua, protegiéndola como recurso natural y mejorando sus infraestructuras, garantizando así su sostenibilidad y un uso eficiente del recurso, tanto a nivel estatal como en Álava.

El autor es diputado por Álava en el Congreso y Responsable de política ambiental PSE-EE de Álava