ivimos tiempos excepcionales, extraordinarios, generados por una pandemia que ha sorprendido a todo el mundo. Una pandemia que, de la noche a la mañana ha puesto a las personas y la salud en el centro de las preocupaciones.

Año 2020, marzo. Cambian las rutinas y cambia la forma en la que concebimos el espacio público como punto de encuentro y lugar para relacionarnos. En definitiva, ha cambiado nuestra forma de vida. Pero si la sociedad alavesa se caracteriza por algo, es por hacer frente a las situaciones de mayor incertidumbre, por actuar con responsabilidad y por saber pelear por sus derechos políticos y sociales. Estamos convencidas de que ahora sucederá lo mismo.

Desde EH Bildu consideramos que es momento de atender las nuevas necesidades generadas por la pandemia y de poner a las personas en el centro de la acción política. Con ese espíritu abordamos el debate presupuestario este año en todas las instituciones, con voluntad de dialogar para alcanzar amplios acuerdos. Acuerdos amplios que nos reclama la sociedad. Sin embargo, esta voluntad no es un cheque en blanco. Acuerdos sí, pero siempre y cuando supongan un cambio de rumbo profundo en el modelo de gobernanza y las políticas públicas.

Son tiempos extraordinarios y hace falta un esfuerzo presupuestario extraordinario. Hay que tomar medidas y ser realistas: retrasar proyectos aplazables, apoyarse en el remanente y en la capacidad de deuda e incrementar los ingresos fiscales estudiando fórmulas que incrementen la aportación al bien común de las personas y empresas con mayor capacidad económica.

La crisis ya no es solo sociosanitaria. Las consecuencias de la covid están golpeando con dureza a sectores como la hostelería, la cultura, el turismo, el comercio, la viticultura... Son miles los y las alavesas que han tenido que bajar la persiana o que de una u otra manera han visto mermada su actividad laboral. Hay que actuar, no sólo para generar empleo, sino también para mantener el existente.

La destrucción de empleo no cesa, y varias de las empresas punteras del territorio han anunciado despidos y ERE. No es catastrofismo. Es la realidad. Y la realidad es que para hacer frente a esta destrucción de empleo es necesario un fondo de rescate para los sectores más afectados del territorio. Un fondo que ayude a dar certidumbre a las miles de personas cuyos empleos están en riesgo.

Hace falta salvar el presente, es prioritario, pero también lo es garantizar el futuro. Necesitamos iniciar, ahora sí, una transición energética y ecológica que permita tener una industria más diversificada y resiliente. Menos dependencia de multinacionales y más sostenibilidad. La innovación, la reconversión de sectores como el de la automoción o el aeronáutico, o la apuesta por las energías renovables, la economía circular y la creación de empleo verde deben de ser las bases de esa transformación: el planeta no puede esperar más. Nuestro tejido socioeconómico, tampoco. Y todo ello, debemos abordarlo desde lo local, en colaboración con nuestras entidades locales.

Los servicios sociosanitarios y las residencias de mayores han vivido situaciones extremas, que difícilmente olvidarán unas trabajadoras que lo han dado absolutamente todo. Es fundamental reforzar los cuidados, un apartado en el que el gobierno foral tiene mucho que decir. A pesar de que PNV-PSE se niegan a reconocerlo, los servicios sociales se han deteriorado: las listas de espera para valoración de la dependencia llegan a los cinco meses, los servicios están sobrecargados, las condiciones laborales de muchos de sus trabajadoras precarias... La importancia de contar con unos cuidados públicos de calidad ha quedado más que demostrada desde marzo.

Es imprescindible invertir en la salud y en el bienestar, reparando los efectos adversos que la nueva enfermedad pueda tener así como en las consecuencias emocionales que la pandemia está teniendo en cada una de las personas. Hay que aumentar la protección social, reforzando aquellos campos imprescindibles para garantizar el bienestar. Protejamos a las personas más vulnerables incrementando las ayudas sociales y reforzando servicios como el de la ayuda domiciliaria.

Y por supuesto, hay que mirar el futuro que dejaremos a las generaciones venideras, porque no pueden volver a ser los paganos de esta crisis, como sucedió en 2008. Debemos trabajar por una Araba que responda a los retos de los próximos años, porque, si algo nos ha enseñado la pandemia, es que hay cosas que no pueden esperar. Es el momento de impulsar la innovación socioeconómica sostenible. Es el momento de apostar por una Gasteiz-Araba Zero Carbon, responsable y respetuosa con el medio ambiente, que ayude a responder a la urgencia que plantea la emergencia climática. Debemos apostar por energías renovables y descartar, de manera definitiva, la exploración y explotación gasística en el territorio. Es el momento de generar un urbanismo amable y devolver el espacio público a las personas.

En definitiva, es momento de apostar por Gasteiz, por Araba, por su ciudadanía. Vivimos tiempos excepcionales. Ahora, para proteger a la gente, alcancemos también acuerdos excepcionales habilitando los recursos económicos excepcionales que la situación requiere.

Los autores son portavoz del grupo de EH Bildu en JJGG de Araba y portavoz de EH Bildu en el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, respectivamente