Homenaje a José Manuel Goikoetxea

e Ancud es la capital del estado chileno de Chiloé. Una de sus calles lleva el nombre del que fuera consejero de Agricultura y Pesca del Gobierno Vasco José Manuel Goikoetxea Askorbe, fallecido víctima de un tumor cerebral en 2012. Rinde homenaje al trabajo desinteresado, al compromiso profundo y a la enorme aportación que el veterinario navarro realizó para impulsar el bienestar y el desarrollo sostenible de Chiloé. Hoy la oferta de turismo rural de aquel estado es una referencia en el mundo. Ofrece calidad y experiencias únicas y ha generado un proceso de diversificación de la actividad económica cuyo rendimiento recogen en su integridad los vecinos. Por eso una de las calles de Ancud recuerda al emprendedor que fue capaz de activar a tantos para mejorar las condiciones de vida de todas y todos los habitantes del estado.

Por eso hemos llamado “una calle en Ancud” al libro que pretende ser el homenaje que Euskadi y muy particularmente su sector primario, debe a José Manuel Goikoetxea Askorbe. Sus páginas son el fruto de un trabajo coral. Son el resultado del empeño que un grupo de amigos de “Fardel” lanzó hace ya un par de años para reivindicar la figura del que fuera un gran emprendedor, un innovador irrepetible y una buena persona. Un hombre al que, como se cuenta en este relato, le animaba una profunda vocación social y un compromiso de largo alcance con la sociedad en la que vivió y el país del que se sentía miembro.

La impresionante lista de méritos y destacadas responsabilidades que asumió es un pálido reflejo de lo que fue. Porque cada uno de los lugares que disfrutaron de su energía, conocimientos y entusiasmo mejoró con su impulso. Porque se convirtió en palanca de transformación y progreso para un sector, como el primario, que corrió el riesgo serio de pasar al “baúl de los recuerdos” en una sociedad industrial como la nuestra. Y porque aquí y en Chile, donde dejó una profunda huella, su primer objetivo fue dignificar la vida, mejorar la renta y las condiciones de trabajo de los más desfavorecidos. Por eso hemos querido convertir estas 200 páginas en un recuerdo humano, cálido y necesario del rico currículo de José Manuel.

Pero estas páginas son también la reivindicación de un gran profesional. Las muchas iniciativas que impulsó José Manuel como Consejero del Gobierno Vasco apenas ocuparon espacio en la época en los medios de comunicación. Los efectos de las políticas que aplicó, sin embargo, son tan perceptibles que forman parte de alguna de las señas de identidad que con más orgullo exhibimos los vascos y que mejor imagen proyectan de nuestro país en el mundo. La producción agroalimentaria de calidad, la dignificación del medio rural, la promoción de servicios dignos para quienes desarrollan allí su vida laboral y personal permitieron que el agro vasco, condenado en todas las quinielas a desaparecer engullido por la sociedad industrial, haya encontrado su sitio. Hoy dispone de profesionales y formación, estructuras, herramientas, tecnología e infraestructura científica que garantizan su futuro. Y algunas plataformas para reforzar su visibilidad como la gastronomía y su ascenso al olimpo universitario con iniciativas como el Basque Culinary Center.

No está de moda hoy romper una lanza por la política, pero figuras como la de José Manuel Goikoetxea la reivindican. La transformación del sector agropecuario vasco no fue fruto de la casualidad, del mismo modo que la reinvención que vivió el resto de la economía vasca tampoco lo fue. El país de hoy es fruto de la existencia de unas instituciones que apoyaron el tránsito, en especial el Concierto Económico, de unas decisiones acertadas y de liderazgos que ayudaron a sumar conocimientos y voluntades a la gigantesca tarea de sacar el país del pantano en el que se encontraba a principios de los ochenta del siglo pasado. Entre los protagonistas de aquella hazaña el nombre de nuestro añorado amigo debería de figurar con letras de oro.

Por eso hemos querido utilizar este medio para agradecer su aportación a todos los que aportando testimonios, desempolvando recuerdos, rescatando imágenes, perdiendo horas de sueño para corregir galeradas, aportando contactos y medios para financiar esta iniciativa han hecho posible que este libro vea la luz. Es una reivindicación del servicio público, de la política. Es un relato del titánico esfuerzo que sacó al sector primario vasco de la UVI. Es un retrato intimista del camino que, en sentido contrario, recorrió un emprendedor que parecía invulnerable desde la plenitud de su vida personal y profesional al día de su fallecimiento. Es un repaso al origen de su humanismo y su innegociable compromiso social. Y es una reivindicación de su obra y del reconocimiento que merece.