Cantan los Stray Cats “we’re gonna rock this town, rock it inside out”. Y la misma declaración de intenciones de convertir Gasteiz en ciudad del rock se renueva, un año más, con la cita anual con el Azkena Rock Festival. Ya está aquí la decimoctava edición del ARF, cita ineludible con la música en general y el rock en particular, que vuelve a contar con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA como medio oficial. El festival tuvo ayer su particular aperitivo con el Osteguna Rock en la Virgen Blanca y esta tarde en Mendizabala arrancarán con Micky and The Buzz dos días de intenso y cuidado menú musical que tiene precisamente como uno de sus platos fuertes a los Stray Cats -que esta noche se suben al escenario gasteiztarra en el marco de su gira de celebración de su 40 aniversario en fecha única en el Estado-, junto a los icónicos Wilco, The B-52s en su gira de despedida y The Cult, que celebra los treinta años de A Sonic Temple, o los esperados Tesla. Son solo algunos de la larga lista de nombres con los que el rock -al igual que el resto del año lo hace desde los escenarios de las distintas salas de la ciudad- vuelve a tomar Gasteiz, convirtiendo un año más el Azkena Rock Festival no solo en una de las grandes citas musicales y culturales del territorio, sino en el principal evento organizado en la ciudad. Este año, la organización espera que la asistencia supere las 31.000 personas de 2018 y ya avanzó el miércoles que el camping de Mendizabala alcanzaba niveles récord de ocupación. Un movimiento que evidencia que el ARF se ha convertido en punto de encuentro anual para muchos gasteiztarras y alaveses, pero también para muchos aficionados llegados desde otros puntos del Estado y del extranjero, que en muchos casos han ido integrándose a lo largo de estos 18 años en una auténtica gran familia de azkeneros que mantiene viva la llama del Azkena durante todo el año. Esta especie de ecosistema rockero vive anualmente su lógica imbricación con la ciudad extendiendo su impacto más allá de Mendizabala, un efecto propiciado también por las distintas actividades paralelas al festival, erigiéndose así en revulsivo para la ciudad. 18 años de ARF que apuntalan el vínculo de Vitoria y rock, un atractivo que al igual que otros la ciudad no debe desaprovechar. Llegó la hora de las guitarras. We’re gonna rock this town.