La remisión por el Gobierno español que preside Pedro Sánchez de un cronograma con el calendario de la negociación para el traspaso de 33 de las 37 transferencias estipuladas en el Estatuto de Gernika y aún pendientes supone un avance en la dirección necesaria, exigido además reiteradamente por el lehendakari, Iñigo Urkullu. Sin embargo, pese a su retraso se trata de un avance preliminar, de sesgo reticente y contenido incompleto. Es preliminar porque apenas plantea una disposición que debe acompañarse de hechos, tanto en el desarrollo de ese cronograma, como en la configuración de las propuestas que presentará Madrid y, por supuesto, en la consecución final de las transferencias. Posee sesgo reticente porque el contenido del calendario todavía deja traslucir las resistencias que los diferentes gobiernos españoles han mostrado a la ejecución íntegra del Estatuto, incomprensible cuando de cumplir la ley se trata. Se deduce del orden de prioridades con que el Gobierno español ha configurado el calendario de negociación, no coincidente con las preferencias y necesidades que el Gobierno Vasco ha ido especificando. De hecho, el primer bloque de materias a negociar, ya en febrero, está compuesto por siete transferencias que se podrían considerar relativamente menores mientras la negociación de otras a las que Lakua sí ha dado relevancia, como la gestión del régimen penitenciario que estipula el art. 10 del Estatuto, se pospone por otros cinco meses, lo que la retasará todavía un año. El avance es finalmente incompleto porque el listado de transferencias del cronograma no incluye cuatro de las todavía pendientes, entre ellas aquella que el Gobierno Vasco considera especialmente prioritaria, la gestión económica de la Seguridad Social, que corresponde a Euskadi en virtud del art. 18.2 del texto estatutario y que según su Disposición Transitoria Quinta debería negociarse en la Comisión Mixta. Es decir, aunque por primera vez se diseña un calendario concreto para negociar las competencias que hasta ahora ningún Gobierno del Estado había admitido transferir, aún queda por dilucidar si lo preliminar se convierte en efectivo y si al serlo logra eliminar reticencias ilógicas al contenido de una ley orgánica que, en todo caso, todavía quedará pendiente de completar cuando en diciembre se hayan cumplido ya 40 años de su aprobación.
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