Los Presupuestos Generales del Estado continúan, bien avanzado ya el mes de abril, en el aire. Esta próxima semana arranca la fase definitiva con la votación el jueves día 26 de las enmiendas a la totalidad presentadas por los distintos grupos en el Congreso. En este sentido, la decisión adoptada por el PNV de no presentar una enmienda a la totalidad a las Cuentas del Gobierno de Rajoy ha generado algunas reacciones que tienen que ver más con intereses meramente partidistas que con la realidad, tanto desde el punto de vista general como de las propias partidas contempladas. Sobre todo, teniendo en cuenta que el Ejecutivo español es plenamente consciente -como lo son el resto de agentes políticos y sociales- de que necesita los votos de los cinco parlamentarios jeltzales para forzar un empate y salvar el primer trámite de este jueves. El PNV fue muy claro desde el principio al comprometerse a no negociar siquiera el contenido de los Presupuestos mientras el Gobierno de Rajoy mantuviera la aplicación del artículo 155 de la Constitución en Catalunya que supone de facto la anulación de su autogobierno. Y a la vista está que ha cumplido su palabra. El mantenimiento de la intervención de la autonomía catalana supone de por sí una amenaza también para el autogobierno vasco. De ahí que sea cada vez más urgente proceder a su desactivación de manera que Catalunya tenga un Govern legítimo acorde a la voluntad popular. De hecho, el PNV planteó su decisión de no enmendar a la totalidad los Presupuestos como una oportunidad para dar tiempo a la anulación del artículo 155 e incluso así lo han entendido las formaciones catalanas, que han insistido en que no hay incoherencia alguna en la posición jeltzale. La formación vasca nunca ha ocultado -al contrario- que su único afán -también en su labor en Madrid- son los intereses de Euskadi y el bienestar de sus ciudadanos. De ahí que su postura actual de no negociar mientras no se cumpla su premisa pero estando abierto a hacerlo si hay un cambio real y pueda acordar cuestiones beneficiosas para Euskadi sea plenamente coherente, guste o no a sus detractores. Entramos en una etapa decisiva para los Presupuestos -aunque aún quedará tiempo hasta el 23 y 24 de mayo- pero sobre todo para Catalunya, que necesita una solución urgente para la formación de un Govern que recupere por fin su autogobierno. Esa es la clave de la solución.
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