El documento Bases para el Acuerdo por la Educación en Euskadi, que ayer presentó el Departamento de Cristina Uriarte a una treintena de agentes de la comunidad educativa vasca merece ser atendido como el “buen punto de partida” como fue considerado por varios de los asistentes al acto. Esa es su pretensión y esa también la base de todo el proceso de estudio y aportaciones que se abre a continuación. No es un texto finalista, pero sí contiene la virtud de haber analizado, explicitado y enfocado con propuestas concretas, los diversos aspectos sobre los que se requiere intervenir para obtener un modelo educativo de calidad y sostenible social y económicamente. Clarifica objetivos y propone mecanismos para favorecer una convivencia estable, un modelo de evaluación fiable, una educación plurilingüe de calidad pivotando pero no restringiendo la formación en torno al euskera, a la vez que se busca modernizar todo el sistema y velar por la ausencia de discriminación sin dejar de profundizar en la autonomía de los centros. Un amplísimo abanico de espacios sobre los que actuar que merece un compromiso compartido que ponga por encima de otras consideraciones la calidad y la garantía de una formación suficiente y equilibrada. No quiere esto decir que otros aspectos de la realidad del sistema educativo vasco, aquellos que tienen que ver con las condiciones laborales de los profesionales, no deban ser tenidos en cuenta. Pero sí que los legítimos debates sobre esas condiciones no se enreden argumentalmente con los objetivos últimos de todo proceso de mejora, circunstancia que no siempre ha guiado algunas actitudes sindicales. La estrategia del desprestigio de una iniciativa que ha dedicado meses a estudiar desde una perspectiva profesional cada aspecto antes mencionado es irresponsable. El veto de facto declarado ayer por algunos sindicatos al proceso de reflexión y mejora desacredita su estrategia de conflicto. El objetivo de mejorar el sistema educativo merece un compromiso de más calidad que la mera reclamación de recursos o la reivindicación laboral. No son escasos los recursos públicos dedicados; tampoco infinitos. Hablemos de racionalizar y ser eficientes; de horas lectivas y de ratios en un entorno demográficamente a la baja. Estamos formando los pilares de la Euskadi de hoy mismo.