En los últimos meses, han sido numerosos los agentes sociales e institucionales que se han pronunciado con respecto a la necesidad de que, tras años de esfuerzos de contención debido a la situación de crisis económica y ante un periodo como el actual de cierta recuperación, se aborde una subida de los salarios de los trabajadores. El último en entrar en este debate ha sido el diputado general de Bizkaia, Unai Rementeria, quien durante su discurso del pasado viernes en el marco de la celebración de la tradicional recepción a la sociedad vizcaina con motivo de la festividad de San Ignacio, consideró que “ha llegado la hora” de que los trabajadores recuperen el poder adquisitivo perdido durante la crisis, así como de “mejorar la calidad del empleo”. La significativa petición realizada por Rementeria ante un público en el que se encontraban numerosos empresarios y representantes de la patronal, además de cargos políticos e institucionales, no pasó inadvertida. El diputado general vizcaino se unía, así, a un coro de voces que han venido planteando la cuestión, con similares argumentos. El consejero de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, ya expresó el pasado enero que había margen para pensar en subidas salariales, al tiempo que advirtió de que la propia recuperación económica depende, en parte, de la mejora del poder adquisitivo de los trabajadores. El presidente de Cebek, Iñaki Garcinuño, respondió ayer mismo a Unai Rementeria y pidió “prudencia” a los representantes institucionales en esta materia. El debate -resulta evidente- está abierto. Los sindicatos vienen planteando incrementos de sueldos por encima del IPC. La patronal, por su parte, rechaza las subidas generalizadas. No hay, desde luego, una solución única y sencilla a una cuestión espinosa que tiene numerosos matices y aristas. Es rigurosamente cierto que miles de trabajadores han hecho ímprobos sacrificios y han visto mermada su capacidad adquisitiva, cuando no han perdido el empleo. También las empresas han sufrido y realizado esfuerzos por mantener su actividad y la competitividad. Una subida de sueldos generalizada no parece la receta adecuada, pero sí podrá darse -y de hecho se está dando- en aquellas empresas en mejor situación, ligada siempre a la productividad y la competitividad. Conjugando la “justicia” que pide Rementeria con la “prudencia” que demanda la patronal.
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