No ha parecido el método más apropiado para recuperar la credibilidad del electorado, el exhibido por los tres candidatos socialistas, cara a la Secretaría General del próximo 21 de mayo.
Lo único que ha quedado patente en su vivo debate del lunes pasado ha sido que el partido centenario atraviesa un periodo de grandes desavenencias internas. A alguno hasta le pudo recordar la mgica secuencia del camarote de los hermanos Marx en Una noche en la Ópera, donde se lanzaban sibilinos puñales con exquisita maestra.
Ni la baronesa andaluza, ni el resurgido AVE Fénix, ni el veterano bisagra -situado hábilmente entre ellos- dieron prioridad a sus programas, dinamitando más sus posibilidades en la recta final de la campaña. Y es que, como dice el popular y sabio refrán “el uno por el otro la casa sin barrer”, a quien hicieron -quizá- involuntariamente ganador fue al presidente del Gobierno.