Me da la impresión de que los británicos se preparan el té demasiado fuerte últimamente. No sé, les noto como enervados. Diría, incluso, que han perdido el Norte. Y si no lo han hecho todavía, poco les falta: Escocia -el Norte- prepara irse de Reino Unido en otoño del año que viene. Y el Ulster ya está pensando decirles “adiós” cuanto antes y unirse a Irlanda del Sur. Como siga yéndose gente de Reino Unido, la guerra que nos quieren declarar a los españoles por intentar quedarnos con Gibraltar la vamos a ganar fijo. Decía mi abuela que el sobre del té hay que dejarlo reposar un par de minutos. No más. Porque si no te pone más nervioso que las maracas de machín. Que esto fue seguramente lo que le pasó al ex primer ministro David Cameron: se lo tomó oscuro, se vino arriba, puso las urnas, salió el Brexit y, desde entonces, los ingleses avanzan pero sin dejarse ni un solo charco sin pisar. El ex viceprimer ministro británico, Michael Heseltine, ha dicho al respecto: “El Brexit es el mayor error desde la Segunda Guerra Mundial”. Estoy de acuerdo. Cuando empiecen a sufrir las consecuencias de las quijotadas que están haciendo, van a querer tirarse todos desde los balcones de los hoteles de Tenerife hacia sus piscinas. Sin agua.