Exactamente una semana después de asumir su cargo el pasado 28 de noviembre, el consejero vasco de Hacienda y Economía, Pedro Azpiazu, afronta hoy una reunión clave con el ministro Cristóbal Montoro sobre cuestiones muy relevantes para el autogobierno de Euskadi. Los días previos a la celebración de la cita han elevado las expectativas, no tanto respecto a que se esperen resultados concretos en forma de acuerdos, sino en que puedan encauzarse temas que, como el Cupo, han sido elementos de fuerte discrepancia y confrontación entre las administraciones vasca y española en los últimos cinco años. De hecho, y dado que no ha habido negociación alguna respecto a la Ley del Cupo durante la anterior legislatura de Mariano Rajoy, el Gobierno Vasco mantiene una reclamación a Madrid de nada menos que 1.600 millones de euros, una cifra elevada que, junto a otros aspectos de distinta relevancia, forma parte de un paquete de reivindicaciones que afectan de manera directa a la capacidad de autogobierno de Euskadi. La frágil mayoría del PP y su imperiosa necesidad de tejer acuerdos amplios y, en lo más inmediato, de sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado puede dar margen a una negociación que, hasta ahora, se ha negado de manera sistemática. No se puede olvidar que el PP -más allá de los acuerdos que pueda alcanzar en este sentido con el PSOE- ha venido solicitando el apoyo del PNV a las Cuentas y que los jeltzales han puesto como condición para iniciar cualquier negociación precisamente una salida al bloqueo del Cupo, así como la retirada de los recursos a leyes vascas y el impulso del tren de alta velocidad en Euskadi. Por todo ello, el encuentro de hoy entre Azpiazu y Montoro puede ser la base sobre la que medir la verdadera voluntad del Gobierno de Mariano Rajoy y del Partido Popular de abrir una nueva etapa de diálogo y negociación sobre el autogobierno vasco basada en los principios de bilateralidad, respeto a la capacidad de decisión de Euskadi y a sus competencias y dotación de los recursos propios necesarios para su desarrollo y ejecución. En su toma de posesión, el nuevo consejero ya avanzó irónicamente que una de sus tareas sería “pelear” con Montoro en la negociación del Cupo. La reunión de hoy debería ser el fin de ese conflicto y su encauzamiento por la vía del diálogo.
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