La ratificación por los respectivos órganos internos del PNV (Asamblea Nacional) y PSE (Comité Nacional) del acuerdo programático y de estructura para un gobierno de coalición durante los próximos cuatro años no es sino la lógica extensión de los que ambas formaciones ya mantienen en diputaciones y capitales. También producto del esfuerzo por concretar coincidencias, relativamente claras, por ejemplo, en ámbitos sociales o de desarrollo de infraestructuras, y difuminar las diferencias que, evidentemente han existido en otras materias, especialmente en cuanto a la actualización del autogobierno, con el fin de dotar al país de la estabilidad necesaria para su desarrollo. Desde luego, dicho acuerdo está sujeto a la crítica -que ya ayer se esbozó en algún caso- pero esta ve limitada su legitimidad si se ciñe a la censura de la continuidad de las políticas impulsadas en los cuatro años anteriores desde el gobierno presidido por Iñigo Urkullu, dado que éstas han sido ampliamente apoyadas por la ciudadanía al dar a EAJ-PNV una nítida mayoría parlamentaria que la suma del PSE hace ahora aún más estable. Dicho esto, los cuatro ejes del acuerdo -Empleo, reactivación y sostenibilidad, Desarrollo, integración social y servicios públicos, Convivencia y DDHH y Mejor autogobierno- plantean básicamente todos y cada uno de los retos que se le presentan a la sociedad vasca en el futuro inmediato e incluyen más de una decena de proyectos de ley (de educación, FP, Patrimonio, profesiones deportivas, de víctimas de violencia machista, vivienda, policía...) entre los que se hallan ya en tramitación y los que se pretende impulsar en esta XI legislatura por una mayoría que, en todo caso, necesitará además de la virtud de saber conjugar sus principios con los de alguna de las otras tres fuerzas presentes en la Cámara de Gasteiz. Y dado que en cuanto a las necesidades socioeconómicas de Euskadi y en materia de convivencia los consensos entre PNV y PSE en los aspectos básicos superan o eliminan divergencias concretas, aunque las haya habido, es preciso destacar la conformidad alcanzada en primer lugar sobre el incumplimiento de los acuerdos estatutarios, hasta desgranar 36 transferencias pendientes, y la defensa y reclamación de su verdadero alcance y al admitir seguidamente la necesidad de actualización del autogobierno para profundizar en los contenidos del mismo.