La dirección de la compañía Arcelor Mittal comunicó ayer oficialmente al comité de empresa de la Acería Compacta de Bizkaia (ACB) su intención de reabrir la planta de Sestao a primeros de setiembre. La vuelta a la actividad de la acería eléctrica se limitará, de momento, a los fines de semana y traerá consigo una reducción de su plantilla, que quedará limitada a un total de 140 empleados. La comunicación hace referencia a las negociaciones celebradas con la representación de los trabajadores con el objetivo de abordar las decisiones de carácter social que se derivan de las decisiones adoptadas por la empresa así como las conversaciones con el Gobierno Vasco para el análisis de los retos de competitividad y futuro a los que la planta deberá hacer frente con el apoyo de la instituciones vascas. La decisión de Arcelor sobre la Acería Compacta de Bizkaia (ACB) pone punto final a la incertidumbre que se había instalado sobre el futuro de la producción de acero en Sestao y confirma la voluntad de la empresa y las instituciones vascas de mantener en nuestro país esta actividad industrial. Este hecho es relevante para nuestra actividad económica porque supone dar continuidad a la apuesta estratégica que Euskadi había hecho en torno a la misma y lo es también el hecho de que la ACB consiga mantenerse como un nudo vivo en la constelación de instalaciones que el gigante indio posee a lo largo y ancho del planeta. El anuncio de la reapertura viene acompañado de una apuesta por mejorar el perfil tecnológico de la instalación y de apoyarla con una inversión en innovación que deberá asegurar la capacitación de la planta para producir acero destinado a otras actividades de mayor valor añadido que la construcción, sector al que ahora dirigía sus productos. Si además, como indica la comunicación, la ACB tiene capacidad para intervenir desde Sestao en la comercialización de su producción se cumplen la mayor parte de las condiciones que se habían apuntado para fijar las bases de la competitividad de esta planta. Aunque siguen presentes las principales amenazas que la producción de acero tiene planteadas, como son el descenso del consumo, la carestía de la energía española o la insoportable competencia china, la reapertura de Sestao puede sentar las bases para mantener en pie uno de los pilares en que se ha basado la capacidad industrial de Euskadi.