El pasado lunes 18 de julio fallecía el sacerdote José Luis López de Briñas. Natural de Berantevila , habría cumplido 85 años el próximo día 27. Fue ordenado sacerdote el 11 de agosto de 1958. Su primer destino fue la localidad de Labastida, desde donde se desplazaba en vespa para dar clases en la preceptoría eclesiástica de Laguardia. Tenía fama de deportista y de buen futbolista, incluso se decía que el Athletic de Bilbao estuvo interesado en él y pendiente de si renunciaba a ser sacerdote.

Desde hace un año aproximadamente se había trasladado a la residencia sacerdotal del Seminario, donde convivía con otros compañeros sacerdotes.

Su último destino pastoral fue la parroquia de Jesucristo Resucitado. Allí tuvo como compañero a un joven sacerdote, Alvaro Chordi, que desde tierras de Sudamérica recordaba en su muro de Facebook a Briñas con estas palabras: “Seducido por el evangelio de Jesús de Nazaret, pastor empeñista de sus comunidades, comprometido por la construcción del país, apasionado por la justicia y la paz... Con él aprendí a enamorarme más de Jesús, a hacer pastoral desde la comunidad orante y compasiva, a querer entrañablemente a la iglesia diocesana.”

Otra etapa importante de la vida de Briñas fue su paso por la parroquia de Belén en la década de los años 70. Vivió en primera persona los acontecimientos del 3 de marzo de 1976 y fue uno de los ideólogos de la homilía leída por Esteban Alonso, párroco de San Francisco en aquel momento.

La parroquia de Belén vivió con Briñas momentos florecientes de una pastoral social, urbana y obrera. Hoy es recordado con afecto y pasa a formar parte de ese elenco de testigos del evangelio y de la historia en la Diócesis de Vitoria.