Un mes. Ese es el tiempo que tienen los partidos políticos españoles para encauzar un acuerdo que desemboque en la investidura de un presidente del Gobierno que ponga fin a una incertidumbre que empieza a ser ya insostenible. Tres meses después de las elecciones del 20 de diciembre, no se percibe nada que permita vislumbrar una posibilidad distinta a la convocatoria de nuevas elecciones, con todo lo que ello conlleva de inestabilidad política e institucional. Mientras, aunque con la vista puesta también en esta irritante situación de incertidumbre que se vive en el Estado, las formaciones vascas engrasan ya sus maquinarias para afrontar las próximas elecciones al Parlamento Vasco, previstas en principio -a expensas de lo que pueda suceder en Madrid- para el próximo otoño. Unos comicios que se prevén especialmente reñidos y en los que, según todos los sondeos, serán necesarios pactos entre diferentes. En este contexto, el Euzkadi Buru Batzar (EBB) del PNV decidió ayer por unanimidad proponer a la militancia jeltzale la candidatura de Iñigo Urkullu para revalidar su cargo como lehendakari, tras su primera legislatura como jefe del Gobierno Vasco. Aunque aún queda por culminar el proceso interno para la elección definitiva, a nadie le habrá causado sorpresa que el PNV revalide su confianza en Urkullu para volver a encabezar la lista jeltzale para disputar la Lehendakaritza en unas elecciones cruciales. A nadie se le escapa tampoco que la elección del momento para oficializar la candidatura de Urkullu, en la celebración del tradicional Aberri Eguna, no es en absoluto casual y supone un gesto cargado de simbolismo para la formación nacionalista y su militancia. Consciente de ello, el lehendakari dejó claro también su mensaje propio y diferenciado del de otras formaciones que también celebraron el Día de la patria vasca, y quiso reforzar su apuesta por el nuevo estatus para Euskadi basado en el diálogo, la negociación y el pacto entre vascos y la bilateralidad con Madrid. Más autogobierno y “más Estado vasco”, resumió Urkullu, en el que sin duda será uno de sus ejes de cara a las elecciones. Con PNV y PSE (Idoia Mendia) ya con sus candidaturas decididas, quedan por confirmar las de Otegi -curiosamente, ausente ayer en el Aberri Eguna- en EH Bildu, Alfonso Alonso -a la espera de Madrid- en el PP y el o la cabeza de lista de Podemos, aún una incógnita.