La disminución en un 25% de las emisiones de gases de efecto invernadero en Euskadi en los últimos diez años, anunciada ayer por la consejera de Medio Ambiente, Ana Oregi; y la adhesión de diez municipios vascos, entre ellos las capitales, al Compact of Mayors, compromiso de responsables municipales ante el cambio climático, reflejan la transformación que han experimentado en apenas unas décadas la sociedad, economía e instituciones vascas respecto a su responsabilidad medioambiental. De hecho, aun si se pudiera considerar que durante los últimos años la crisis económica había supuesto un temporal freno en la producción industrial y el consumo energético, lo que habría podido incidir en la reducción de las emisiones, no es menos cierto que esa disminución, tomando como punto de partida el año de referencia internacional para las emisiones, 2005, es más que relevante en comparación con otros países. Australia, por ejemplo, considera un triunfo su reducción del 5% y Estados Unidos prevé una disminución similar a la de Euskadi (24%-26%) solo para dentro de diez años. Además, si se toma como referencia la primera establecida por el protocolo de Kioto, el año 1990, para relativizar en un periodo más amplio los presuntos efectos de la crisis, Euskadi habría reducido sus emisiones en un 10%, mientras que, también por ejemplo, el Estado es uno de los ocho miembros de la Unión Europea, de los 15 que se comprometieron con el protocolo, que en lugar de reducir han aumentado sus emisiones de greenhouse gases (GHG) o gases de efecto invernadero pese al compromiso de la propia UE de rebajar en un 40% sus emisiones para 2030. En realidad, en la reducción en Euskadi ha incidido más el compromiso empresarial con la eficiencia energética -de la mano de la importante renovación experimentada por el parque industrial-, la apuesta por la investigación y desarrollo de energías renovables y, como paso previo, la sustitución del petróleo y el carbón por el gas natural; y especialmente el aumento de la concienciación y el compromiso social ante al cambio climático, aun si todavía tenemos pendiente el reto de trasladarla al transporte. Será esencial si la sociedad vasca pretende responder también a las exigencias que deberán salir de la Cumbre del Clima de París, a celebrar desde el próximo lunes, con el objetivo de sustituir y mejorar los compromisos de Kioto.