Álava abrió ayer una nueva etapa política con la investidura del jeltzale Ramiro González como diputado general en una sesión plenaria exenta de las tensiones de otras legislaturas y que estuvo marcada por un inusual espíritu de colaboración -en una u otra medida- entre siete formaciones de diferentes colores. El nuevo diputado general obtuvo el apoyo de los 18 junteros de PNV y PSE -vinculados en un acuerdo de coalición y de gobernabilidad- y en su intervención Ramiro González no tuvo reparo en reconocer que este respaldo se queda lejos de la mayoría absoluta -hubiera necesitado 8 votos más- y esto le llevó a tender la mano al resto de los grupos para emprender una era de diálogo multipartito en el reto compartido de generar empleo y, aun más allá, articular un proyecto de futuro para Araba. El territorio alavés deja atrás una legislatura que ha estado hipotecada por la crisis económica -con el consiguiente desaguisado en la recaudación fiscal-, la parálisis que anuló la acción de gobierno de la Diputación del desgastado PP de Javier de Andrés y la excesiva supeditación a Madrid en lugar de poner Álava en el centro del mapa de Euskadi. A su vez, la elección de González -que hará tándem con el alcalde Gorka Urtaran- supuso ayer un hito importante para el PNV, que desde los tiempos de José Antonio Ardanza -y Juan José Ibarretxe en los últimos meses-, Félix Ormazabal y José Ángel Cuerda vuelve a liderar 16 años después el Gobierno Vasco, la Diputación alavesa y el Ayuntamiento de Vitoria de manera simultánea. Además de consolidar su poder institucional en el conjunto del país, el PNV debería aprovechar esta circunstancia para abordar tres retos en estos momentos vitales para Álava: la reactivación del músculo industrial alavés, la potenciación de las políticas sociales y el impulso a un mundo rural vivo, tal y como subrayó ayer en su discurso de investidura el nuevo diputado general. Para ello, ha formado un gobierno foral -en el que estará escoltado por la jeltzale Pilar García de Salazar y la socialista Cristina González, como avanzó ayer DNA, que en su edición de hoy completa el resto de los nombres- que atesora solvencia profesional y experiencia en la administración pública. Pero deberá mostrar también dotes de cintura política y mano izquierda para involucrar en estos retos a PP, Bildu y Podemos.
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