el descenso del paro registrado en noviembre -2.093 parados menos en la CAV- según las cifras hechas públicas ayer por el Ministerio de Empleo parecen consolidar la tendencia de una leve mejora de la economía y su traslación al mercado laboral, aun cuando los porcentajes (1,23% respecto a octubre) siguen sin permitir grandes dosis de confianza. No en vano, a esa reducción del número de parados cabe oponerle aún la cifra global de desempleados (168.729), la larga duración del desempleo y el hecho de que más de la mitad de los que se encuentran sin trabajo (56%) no cobran ya ninguna prestación, con el consiguiente deterioro social que esto provoca. En ese sentido, sí cabe entender ciertas denuncias sindicales, mientras que por el contrario no se comprenden otras pretensiones políticas de recorte de los sistemas de garantía y ayuda. Sin embargo, en las cifras del Ministerio hay otro dato relevante que en el caso de Euskadi, por su claridad, sí permite contemplar el horizonte socioeconómico con optimismo, siquiera contenido. La afiliación a la Seguridad Social aumenta en 933 afiliaciones en el mes de noviembre, más allá del limitado incremento del 0,11% para alcanzar los 884.290 afiliados, por cuanto supone nada menos que el 18% del aumento total de la afiliación en el Estado (5.232 afiliados en noviembre) y, sobre todo, supone certificar el primer incremento interanual del número de afiliados desde el principio de la crisis. Baste con apuntar que en 2012 el número de afiliados cayó en 31.894 respecto al año anterior, que aún el pasado año la cifra era de 13.518 afiliados menos y que si el récord de afiliación corresponde a 2007 con 22.736 nuevos inscritos en la Seguridad Social, este año el aumento es, en estos momentos, de nada menos que 9.129. Cabe realizar, eso sí, algunas matizaciones a dicho incremento. Y es que el 92,6% de los contratos realizados son de carácter temporal. Este dato dota contenido a las denuncias de precarización laboral que se realizan desde algunas organizaciones sindicales, pero no debe desestimarse al mismo tiempo que se ha producido un aumento, siquiera de un punto, en el número de contratos indefinidos. Como también destaca que la creación de empleo ha registrado un repunte en la industria, un sector tractor de la economía vasca y caladero tradicional de empleo estable.