LA constatación pública por la Comisión Internacional de Verificación (CIV) de que ETA "ha puesto fuera de uso" una cantidad determinada de sus armas y el vídeo emitido por BBC World con la recepción por dos miembros de la Comisión -Ram Manikkalingam y Ronnie Kasrils- del inventario del armamento inutilizado suponen poco más allá de la puesta en escena del paso inicial, "creíble y significativo" según la CIV, de un desarme que se prolongará durante un año y al que ETA se ha visto forzada por la presión de la sociedad vasca, que viene exigiéndoselo ya antes de que declarara el fin de la violencia el 20 de octubre de 2011 y con reiteración durante estos dos últimos años y cuatro meses. Constatado ese principio, disquisiciones sobre la cantidad de material puesto "fuera de uso" o del porcentaje del arsenal de ETA que dicho material supone no aportan información significativa al gesto, que ETA ha realizado de forma unilateral e incondicional aunque con la inusitada parsimonia con que viene caminando en el proceso de su propia disolución. Basta constatar que transcurrieron nada menos que nueve meses desde que ETA solicitara en abril de 2013 a la CIV su participación en el acto de precintado de parte de su armamento hasta que este se produjo en enero y uno más hasta que se hacía público ayer. Ahora bien, que haya quien valore más el escaso volumen del armamento inutilizado que el gesto, en cuanto que confirma y ahonda en la decisión de ETA de no volver a utilizar la violencia, no es sino resultado lógico de esa misma inusitada parsimonia en la que, más que probablemente, no pesen tanto los problemas de seguridad para llevarlo a efecto como las inseguridades propias de una organización en fase terminal que, sin embargo, pretende revestir todos y cada uno de sus actos y decisiones de una relevancia pública de la que carecen realmente en el ánimo de la ciudadanía vasca. Dicho de otro modo, que haya quien considere escasas las nueces no es ajeno al enorme ruido que desde antes del verano se viene produciendo en torno al anunciado anuncio del anuncio del desarme. Pero ello tampoco es óbice para considerar éste como lo que es y actuar en concordancia mientras ETA culmina el proceso, admite el enorme e injusto daño causado, también a Euskadi, y anuncia su definitiva desaparición.
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