si usted dice Cris o la Cris, no cuela; la estirada familia no nos resulta cercana. Así es su nombre y no podía ser más corto, no parecería una princesa. Es lo que tiene la nobleza, la vulgar sencillez de la plebe no cuadra con sus aires de distinción. Si se llamase Pepa Rodríguez, la diadema no quedaría tan en su sitio. Cuando su madre la llamaba de pequeña -con ese acento extranjero y esa dificultad para el castellano que todavía hoy retiene- y terminaba de pronunciarlo, ya se le había olvidado para qué la estaba llamando. Su padre nacido en Roma y su madre, en Grecia. Han vivido en Washington y ahora en Suiza, con una sugerencia alternativa para Qatar. Su madre pasa los fines de semana en Londres, con su hermano depuesto en Grecia. El abuelo paterno en Estoril y en Lausana. Su padre gusta de viajar a Botswana, Rumanía o cualquier otro destino con animales borrachos. Tiene una amante de apellido impronunciable y origen germano? ¡y dicen ser reyes de los españoles!
La palabra príncipe o princesa deriva de princeps, primer ciudadano. Si lo fuera, daría ejemplo al resto de la ciudadanía en sus actos, pero no quieren paseíllo, ni declaración, ni nada. Un martirio para la Casa Real. Que Miquel Roca, uno de los padres de la Constitución, se haya prestado para su defensa no dice mucho a favor de la sacrosanta Transición, ni de él mismo. Más bien parece indicar que el Gobierno prevarica y la marca España como Estado social y de Derecho es un cuento falsario, una etiqueta publicitaria, sin nada por detrás ni por debajo, excepto los brazos y nóminas que la soportan. Que sean necesarios 227 folios para explicar lo que habitualmente necesita un simple párrafo. Cualquier ciudadano que estuviese en la posición de SAR habría sido imputado hace meses, no hubiese sido necesaria ni la imputación fallida de abril ni la de ahora. Son realmente insólitas las actuaciones de la Audiencia de Palma, del Ministerio Fiscal y de la Agencia Tributaria. Si su pérdida de imparcialidad resulta tan escandalosa, entonces es preferible prescindir de la Corona.
Cuando éramos pequeños, Elena era el detergente que limpiaba más blanco, pero finalmente ha resultado ser su hermana Cristina. Tiene más glamour. ¿No se enteraba de nada? ¡Una licenciada de la Caixa, ejecutiva especialista en relaciones internacionales! Hubiese sido una curiosa paradoja que declarase el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, cuando el grueso de sus ingresos no ha derivado precisamente de su trabajo. Han pretendido hacernos creer que su declaración ha sido voluntaria. ¿Por qué entonces ha esperado tres años si quería colaborar? Unos declaran a pelo y otras con red y arnés. Ella tiene un doble arnés en la Fiscalía Anticorrupción y en la Agencia Tributaria; la misma que se nos lanza al cuello a los mortales si olvidamos declarar unos céntimos por ahí.
Se dice que la red es la doctrina Botín. La ciudadanía acaba de conocer que se hizo una excepción a la regla para el capo del Banco Santander. Pues bien, lo que pedimos ahora no es que se utilice la misma argucia para salvar a otra presunta delincuente de cuello blanco, sino que se anule dicha excepción para llevar a los dos a la misma celda, si procediera. Aunque luego el fiscal y el abogado del Estado se contradijeron a sí mismos al aplicar al expresidente del Parlamento vasco Juan Mª Atutxa exactamente lo contrario.
Para el fiscal Pedro Horrach no se puede imputar a nadie por ser quien es. Perfecto. Pero tampoco dejar de hacerlo por ser quien es. Este señor se ha sentido llamado por lo más alto como garante de una pobre mujer indefensa ante una increíble conspiración. Y ha descubierto un filón para cualquiera: que puedan deducirse facturas en la declaración de la renta, aunque sean falsas. La imputada no parece estar muy preocupada, celebró por todo lo alto el fin de año en un hotel de cinco estrellas de París con toda su familia. Y el que casi todos los amigos de su padre estén o hayan estado en la cárcel tampoco les ha salpicado en exceso.
La gran estafa legal de la crisis ha dejado paro, desahucios, pobreza, desigualdad, hambre y deuda tal vez para generaciones. Nos preguntamos entonces dónde quedan el derecho, la dignidad o la igualdad. Y por qué los dos partidos principales siguen en la brecha a pesar de su aparente bajada. Quién hubiese dicho que la quema a lo bonzo de un vendedor ambulante en Sidi Bou Said podía ser el comienzo de la primavera árabe o que la férrea voluntad de salvar unos árboles daría lugar a la masiva protesta de Turquía. De lo anecdótico tal vez salte la chispa que encienda la llama, según la gasolina que haya acumulada. Y el barrio de Gamonal dice a gritos que hay bastante.
Un nombre así distancia de los súbditos, pero lo hace mucho más el robo, la corrupción o el uso del privilegio como escudo. Si la niña hizo lo que vio en casa, debemos hacernos una pregunta: ¿de qué nos sirven? Delenda est Monarchia, dijo Ortega y Gasset en noviembre de 1930 en el diario El Sol. Tan sólo cinco meses después, el bisabuelo salió en su Duesenberg de lujo con 140 millones hacia la Roma de Mussolini vía Cartagena.
Tal vez cuando el fiscal, dependiente directo del ministro Gallardón, termine de leer su sencillo nombre, ya se le haya olvidado para qué le había llamado y la deje salir por donde había entrado, pidiendo disculpas por semejante atrevimiento. Unas simples elecciones municipales bastaron en 1931 para hacer salir corriendo al bisabuelo, casi sin maletas. Quizá ahora baste con una imputación fallida para que SAR Cristina Federica? etcétera y toda su familia empiecen a abrir los cajones. Y si dentro de cinco meses la Monarquía se deshace como un azucarillo será pura casualidad, porque a Ortega no le llegó ni al talón de su zapato.