sabin Intxaurraga ya no se encuentra físicamente entre nosotros desde hace dos años. Fue fue un militante por los derechos humanos y por la autodeterminación de su patria, un político ejemplar que luchaba permanentemente por lograr un mundo más equitativo, sin discriminaciones, como así también por la igualdad de derechos de personas y países. Sabin siempre defendió a los más débiles ante los poderosos.

Su otra pasión fue la defensa estricta del medio ambiente y desarrolló su gestión pública al servicio del Gobierno Vasco en el departamento de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente. Cabe destacar también su sólida mirada del problema a nivel planetario en la conformación de redes mundiales de protección medioambiental.

Sabin Intxaurraga fue también un gran amigo y un convencido del valor estratégico de la Diáspora vasca en el mantenimiento de las señas culturales de nuestro pueblo. Quienes tuvimos la oportunidad de gozar de su amistad nunca lo olvidaremos y además estamos convencidos de sus enseñanzas éticas y políticas.

Muchos sabemos y recordamos con orgullo que fue un silencioso artífice de la tan ansiada unión abertzale, por la que bregó incansablemente, sembrando estas ideas aun en terrenos poco fértiles. Pero las semillas dieron sus frutos y poco tiempo le faltó a Sabin para apreciar los tiempos de cosecha.

El mejor homenaje que podemos brindar a nuestro amigo y compañero de ruta Sabin Intxaurraga será continuar militando por la causa nacional vasca, con humildad y sin protagonismos, siguiendo su ejemplo de austeridad republicana, como así también seguir tejiendo los mimbres necesarios para la unidad abertzale.

César Arrondo

Eusko Alkartasuna en Argentina