lOKARRI ha dado un paso más en su apuesta por impulsar la participación social en el proceso hacia la paz, la reconciliación, la convivencia y la normalización política. En un seminario celebrado en Donostia ha reunido a representantes del mundo de la política, sindicatos, universidad y organizaciones sociales. Como ponentes participaron Brian Currin (abogado sudafricano e integrante del Grupo Internacional de Contacto), Alberto Spektorowski (profesor de Ciencia Política en Tel Aviv y también miembro del GIC), Brendan Mackin (sindicalista y miembro de Intercomm en Belfast) y Carmen Magallón (presidenta de la sección española del Women's International League for Peace and Freedom). También tomaron parte Carlos Martín Beristain (médico y doctor de Psicología), Jonan Fernández (director de Baketik) y Javier Orozco (coordinador del programa asturiano de derechos humanos), en una jornada de reflexión donde se pudieron escuchar y compartir diferentes experiencias y perspectivas sobre la importancia del diálogo en el impulso y promoción de los procesos de paz y de la convivencia en diferentes lugares del mundo, como en el Norte de Irlanda, Sudáfrica, Israel, Palestina o Colombia. El acto no es burocrático; en el camino que le queda pendiente a este país en torno a la convivencia y a la búsqueda de consensos que establezcan una lectura de mínimos sobre las consecuencias de las violencias políticas que ha sufrido y de los dramas que ha ocasionado, aún hay mucho camino que recorrer. La profunda crisis económica que azota a la ciudadanía con el galopante desmantelamiento del Estado de bienestar y los continuos recortes que, día sí y día también, agravan sus condiciones de vida, ha alejado la necesidad de dar cobertura al escenario posterior a la decisión de ETA de abandonar las armas. Mientras, la sociedad vasca va demandando una estrategia más atrevida para esta nueva etapa y es que nada de lo que en ella se dibuje podrá tener cimientos sólidos si no se afronta con valentía la carga que arrastra el pasado de las viejas estrategias incapaces de aportar nada. Lokarri plantea la necesidad de apostar por estrategias más cercanas a la empatía y a la ética política y alejadas del interés partidista, de la imposición del olvido o del miedo a la memoria.