hace unos días conocíamos en la prensa el dato de que el 47,8% de los vitorianos está obeso o tiene sobrepeso y que casi la mitad no practica ningún tipo de actividad física. Unos meses antes se publicaba la noticia de que la obesidad ha aumentado en Euskadi un 25% en los últimos diez años. Y hoy leemos que el 25% de los niños del país tiene sobrepeso. El consejero vasco de Sanidad, Rafael Bengoa, anunciaba que "la obesidad es el reto más grande de la década" y al mismo tiempo nos informan de que en Euskadi "se vive más y se envejece en mejores condiciones de vida".

Quizá me llama la atención las contradicciones que plantean este tipo de afirmaciones. Es cierto que vivimos más, pero no en mejores condiciones. El 75% de los vascos fallece por diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias, todas ellas crónicas. ¿Los principales responsables? El tabaco y la obesidad, principalmente. La obesidad es la segunda causa de mortalidad después del tabaco y aumenta no sólo el riesgo de padecer enfermedades crónicas como la diabetes, la hipertensión o las enfermedades cardiovasculares (infartos e ictus), sino que también aumenta el riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer y otras enfermedades como la apnea del sueño que afectan considerablemente a la calidad de vida. No llamaría a esto envejecer en mejores condiciones de vida.

"Se debe trabajar en prevención y educación" dice el consejero. "No se puede recortar en la lucha contra la obesidad porque las enfermedades derivadas cuestan más que todas las medidas de prevención", concluyen los ponentes del Foro Niños Sanos en el que participan el Ministerio de Sanidad, especialistas médicos, o empresas.

En sanidad el factor que más influye en el estado de salud de la población, la promoción de la salud para modificar comportamientos y promover estilos de vida saludables, no es el que recibe los principales recursos ni el tiempo de dedicación por parte de los profesionales médicos. Sólo el 1,5% de los recursos se dedican a estas actividades.

Por eso llama la atención que se haya suspendido el programa de crónicos de la red de observatorios nutricionales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, que permitía a los médicos de familia derivar a sus pacientes a talleres de nutrición, ejercicio físico o cocina, aspectos esenciales para el tratamiento eficaz de cualquier enfermedad crónica, o que todavía no haya nutricionistas, especialistas en ejercicio físico o psicólogos en los equipos de salud para permitir un abordaje multidisciplinar de estas enfermedades. ¿A qué esperamos?

Iñigo Sáinz

Coordinador de promoción de la salud, nutrición, ejercicio físico y estilo de vida de USP Araba Sport Clinic