"No hay crisis porque las masas rechacen que las riquezas se concentren en manos de unos pocos. Hay crisis porque esos individuos depositan en bancos extranjeros unas sumas colosales que bastarían para desarrollar África. Hay crisis porque ante las riquezas individuales, las masas populares se niegan a vivir en los ghetos y barrios bajos. La exacerbación de esta lucha hace que los defensores del poder financiero se inquieten. La deuda no debe ser reembolsada, porque si no pagamos, los prestamistas no morirán; en cambio, si pagamos nosotros moriremos Si sólo Burkina Faso rehúsa el pago de su deuda, yo no estaré en la próxima conferencia".

esta certera predicción fue pronunciada por Thomas Sankara, expresidente de Burkina Faso, en el discurso de Addis-Abeba (Etiopía) ante la OUA en 1986. Fue asesinado el 15 de octubre de 1987 y se ha cumplido el 25 aniversario de su muerte, día mundial del repudio a la deuda, en su memoria. Durante esos 4 años, Burkina Faso brilló como tenaz ejemplo de la dignidad africana. "La deuda es una inteligente maniobra para reconquistar África que nos convierte a cada uno en esclavo financiero".

¿Sabía que los Estados sólo crean directamente menos del 10% del dinero circulante porque el resto lo crean de forma intangible los bancos y por acceder a ese dinero virtual es por lo que las economías europeas están en deuda y pagan en intereses más que el sueldo de todos sus empleados? ¿Y que por cada euro que los bancos reciben en depósito, crean nuevos medios de pago por valor de entre cinco o diez euros más? Ése es el dinero que prestan. El Estado español ha pagado ya tres veces la deuda pública que tenía en 2000 y todavía sigue debiendo casi el doble. En toda la Unión Europea se pagan 350.000 millones de euros a la banca privada en intereses.

Levantarse una mañana y comprobar lo elevado de la prima de riesgo es desayunar con una bomba bajo la silla. Hacerlo durante un tiempo largo es sentir la presión continua de una pistola en el pecho. ¿No es violencia que te echen de tu casa unos bancos a los que se ha salvado con dinero público? Llevar 12 meses seguidos en el paro puede volverte loco, nuestros sagaces políticos deberían probarlo en su propia carne, por ineptos.

¿Acaso las calificadoras de riesgo son neutrales? En 1996, según Thomas Friedman, columnista de The New York Times, en el mundo había dos superpotencias: EEUU y los servicios de calificación de bonos, pero no quedó muy claro cuál de las dos era mayor. Y desde entonces, su poder no ha hecho sino crecer. Las tres marías -Moody's, Standard & Poor's y Fitch- han determinado la estafa de la crisis de manera evidente, sin que los gobiernos hayan hecho nada por anularla o atenuarla.

Respecto al rescate bancario, los auditores Oliver Wyman y Roland Berger, contratados por el Gobierno de Rajoy, entregaron en junio sus tan esperados informes y confirman lo que todo el mundo sabía: el sector bancario necesita ser saneado. El monto necesario podría llegar a los 62.000 millones de euros. Estas sociedades privadas se han embolsado 2 millones de euros del contribuyente por este trabajo de expertos. Pero ¿quiénes son estos auditores y a quién beneficia este asesoramiento? Jérome Duval asegura que ambas auditorías están implicadas directamente en las quiebras de Irlanda, Citygroup y Grecia. Roland Berger es el asesor personal de Angela Merkel.

Endeudarse para pagar antiguas deudas con la pretensión de resolver el problema tiene un aire de déjà vu: los países del sur han pagado ya muchas veces la deuda que tenían en el momento de la crisis de los 80, pero siguen endeudándose para seguir pagando. Con el juego de los intereses, este círculo vicioso se ha cerrado sobre ellos y los acreedores tienen la última palabra para cualquier cambio político de importancia.

Deuda ilegítima es aquella contraída contra los intereses de la población de un país con el completo conocimiento del acreedor, y por tanto, no debe pagarse. La deuda es la excusa perfecta para recortes, la trampa inmaculada para llevarnos a la pobreza y la esclavitud del siglo XXI. Una banca pública es posible, y los políticos pueden, si quieren, acabar con los privilegios de la banca. No hay otra alternativa: la deuda o nosotros.