la planificación con la que supuestamente han venido trabajando los sucesivos Ministerios de Fomento en el ámbito del transporte en todas sus modalidades en los últimos ni sé cuántos años es, en el mejor de los casos, pura apariencia. Consta en el Diario de Sesiones del Congreso que, consciente de esto, le propuse un día al ministro José Blanco que organizara en la víspera de San Juan de hace dos años una hoguera a la que arrojara todos esos libros y documentos de supuestos planes. Dicen que el fuego es purificador y al Ministerio de Fomento, desde luego, lo que no le falta es necesidad de purificación. Le entendí al ministro que la idea seguramente no era del todo desacertada, pero la verdad es que no organizó tal hoguera y seguimos andando por idénticas carreteras, recorridos ferroviarios, rutas marítimas o aéreas. Ese convencimiento me llevó a presentar la moción que se aprobó ayer mismo en el Congreso de los Diputados.

Siempre he pensado que, respecto a la Europa que se ha ido creando y extendiendo progresivamente hacia el Norte y el Este, nuestro riesgo de vivir en un auténtico Finisterre europeo iba creciendo. Todavía en 2011, metidos de lleno en el siglo XXI, observo que hay demasiada gente, también entre nosotros, que sigue ajena a la percepción del riesgo estructural que tenemos a este lado de los Pirineos vivir-quedar alejados de Europa. Sólo así es posible entender, por ejemplo, la persistencia de algunos en el no a un Tren de Alta Velocidad que, a pesar de que ya en 1994 se aprobó en Essen como uno de los ejes prioritarios europeos, 17 años más tarde está todavía en ejecución (muy parcial, además de retrasada).

La moción que hemos aprobado para un Corredor Ferroviario Atlántico análogo al que, días antes, se había presentado en Barcelona para el Corredor Ferroviario Mediterráneo tiene el valor que tiene. Plantearemos, como grupo del PNV, un cumplimiento riguroso por parte de este Gobierno y el que le suceda, si es el caso. Pero es evidente que la moción, por sí misma, no es suficiente. O somos capaces de generar un movimiento social y político serio a favor de lo que de verdad debe constituir un Corredor Ferroviario Atlántico (de personas y mercancías) o corremos el riesgo de llegar tarde o incluso no llegar.

Tras la aprobación de la moción hemos decidido enviar el texto a un amplio listado de instituciones y entidades, vascas o no, que a nuestro juicio debieran estar tanto o más interesadas que nosotros en este tema. Entre los destinatarios está el propio Gobierno Vasco. Entre otras cosas, porque la moción insta al Gobierno español a sumarse al Manifiesto del Corredor Ferroviario Atlántico de mercancías, promovido por el Gobierno Vasco. Es difícil lanzar una iniciativa, como formalmente ha lanzado el Gobierno de López, y hacer menos, con menos convencimiento y con menos resolución.

Mientras los gobiernos catalanes, las fuerzas políticas y la sociedad catalanas han sido capaces, con sus iniciativas, de traer al Ministerio de Fomento hasta donde le han traído -presentación del plan técnico del Corredor Ferroviario Mediterráneo- todo lo que he podido leer en la web promocional lanzada a tales efectos por el Gobierno Vasco es que iban a "tratar de tener una reunión con un representante de los Ministerios de transporte de Portugal, España y Francia". Bueno, pues ahora tienen una resolución, aprobada con los votos del PSOE, que compromete al Ministerio de Fomento a la firma del Manifiesto. Y más cosas, como verán en la moción de cuatro puntos que les hemos remitido. "De nada, señor lehendakari".

José Ramón Beloki

Diputado del PNV en el Congreso